El paraíso mejor guardado de Jujuy con aguas turquesas como en el Caribe

Para sorpresa de muchos, dentro del extenso número de pueblos para recorrer en la provincia de Jujuy, existe una subregión que sigue siendo un "secreto a voces": las yungas, un pulmón verde en medio de la altura que posee más de una decena de "perlitas desconocidas" entre las que se destaca una olla con aguas turquesas y donde los turistas pueden tomarse un baño al mejor estilo mexicano.

El lugar en cuestión se llama la Fuente del Jaguar y se trata de una hermosa cascada que está inserta en medio de las yungas jujeñas, es decir, selvas de altura que están repletas de biodiversidad y paisajes increíbles que no son frecuentes en un contexto de montaña.

Geográficamente, pertenece a la comuna de la localidad de San Francisco de Asís, la cual se sitúa a unos 165 kilómetros de San Salvador de Jujuy (unas tres horas de viaje, ya que el recorrido es sinuoso) y a 217 de Purmamarca, uno de los centros turísticos más importantes de la región.

Gracias a esta ubicación, este destino está alejado del bullicio de las grandes ciudades regionales y la naturaleza aún tiene la posibilidad de desplegarse en su máxima expresión, siendo así protagonista de una postal completamente única, inigualable y que no tiene nada que envidiarle al Caribe.

La Fuente del Jaguar recibe las aguas del Río Jordan, las cuales caen por las piedras y conforman un alto acantilado que rodean el sitio como si fuera una enorme cueva con un caudal que a simple vista es turquesa, pero al adentrarse se puede distinguir un tono completamente cristalino.

Luego de un sencillo recorrido, la corriente desembocan en una gran olla o pileta natural que reúne muchos minerales y no contiene ningún tipo de contaminación del hombre. Ante este contexto, el pegarse un chapuzón allí se vuelve una experiencia extraordinaria.

Por otro lado, este rincón tienen una gran variedad de ambientes que conforman diferentes pisos de vegetación. De hecho, se estima que posee más de 200 especies de árboles, 80 variedades de helechos, 100 especies de mamíferos, 500 de aves y más de 30 de anfibios.

Dentro del corazón de las yungas jujeñas también se puede visitar la Cascada La Toma, el Mirador de la Cruz Mayor, el Cañón de los Loros, entre muchos otros puntos maravillosos que son un "secreto a voces" y que vale la pena conocer pese al esfuerzo que requiere el viaje hasta ellos.

Vale la pena mencionar que, desde hace un tiempo, para evitar accidentes de turistas, el ingreso a las yungas está permitido solamente con la compañía de un guía regional, los cuales se encuentran en la oficina de turismo de San Francisco, localidad más cerca.

Además, hay que tener en cuenta que la mejor época para visitar es la de lluvias, a partir de fines del mes de noviembre, es el momento perfecto para visitar este sitio, ya que le aporta una pizca de aventura al recorrido. De hecho, se deberán escalar piedra, cruzar el caudal del afluente regional y hasta caminar sederos donde la flora se encuentra en su máxima expresión.