El precio de la papa por las nubes y productores en peligro

El productor jujeño, Martín Berardi, explicó las razones del incremento, indicando que son consecuencia de políticas negativas y presiones sobre los productores. "Es lógico que suceda lo que sucede", dijo, indicando que en el precio de la papa, algunas hortalizas o del azúcar influyen razones climáticas, razonables, y otras irracionales, "muy argentinas": el 75% de la papa que se produce en Argentina se produce entre Buenos Aires y Cuyo, fue afectada por la sequía, y en la época de cosecha llegaron lluvias positivas para los cereales pero perjudiciales para la papa. Así, los rendimientos se redujeron considerablemente. 

"El precio fluctuará", opinó Berardi: habrá subas y bajas en función de la producción debido a que "se combate al que produce, que no produjo, y cuando no hay producción el precio aumenta. Si hacemos todo lo posible para perjudicar al productor nos quejamos cuando no hay producción". A un productor promedio, producir hoy una hectárea de papa le cuesta $2.500.000. No hay créditos, no tienen acceso a insumos y dependen de que AFIP diga si pueden importar insumos o no, o qué pueden importar. No hay fertilizantes para producciones especiales, tampoco agroquímicos específicos y se tomó la decisión de que no se liberen dólares para importarlos, indicó el productor. También dijo que en los últimos tres años la producción promedio de papa fue de entre 1.600 y 1.700 bolsas por hectárea. En el último año se redujo a 1.200.

Para reponer y regresar la producción a niveles normales habrá que esperar la cosecha de julio de 2024, de Balcarce, Buenos Aires y Sierra de la Ventana. Tiene que haber semillas, condiciones para invertir, que el productor no se funda, y que el tiempo acompañe, expresó. En cuanto al abastecimiento con papa andina, Berardi dijo que se necesita un esquema que incentive la producción en la zona; "hay lugares donde se puede producir pero no se otorgan las condiciones ni técnicas, no se ayuda ni se capacita al productor, ni hay política de Estado para que se pruebe un cultivo nuevo, de muy alto riesgo, para analizar su funcionamiento en la zona". Asimismo, dijo que "la desinversión en el campo, combatir la producción, abandonar a los productores frutihortícolas pequeños y medianos trae menor producción".