Jujeño no quiso reconocer a su hija: ahora tiene que pagarle 40 millones

La Justicia dictó una condena ejemplar contra un hombre que se negó a reconocer a su hija, obligándolo a pagar 40 millones de pesos por daño material y moral, además de las costas del juicio. La sentencia, emitida por la Cámara en lo Civil y Comercial - Sala I, refleja la gravedad de la conducta del padre, quien incumplió con su obligación de reconocer a su hija, lo que generó un daño irreversible a la niña.

La jueza Elba Rita Cabezas afirmó que el derecho a la identidad y a ser reconocido como hijo son derechos humanos fundamentales, protegidos tanto por la Constitución Nacional como por tratados internacionales. Según la magistrada, la falta de reconocimiento de un hijo es un hecho ilícito que causa daño, lo cual justifica la indemnización.

La causa comenzó en 2004 cuando el hombre, tras la relación con la madre de la niña, se negó a reconocerla. La madre inició una demanda de filiación, que culminó en 2012 con un fallo favorable, respaldado por un análisis de ADN que confirmaba la paternidad con una probabilidad superior al 99,99%. Sin embargo, el demandado dilató el proceso durante años, negándose a reconocer a su hija.

Durante el juicio, se presentó evidencia contundente, como fotografías en las que el padre aparece junto a la madre embarazada y una prueba de ADN que confirmaba la paternidad. La jueza recordó que todo hombre que pueda ser identificado como padre tiene la obligación de realizar pruebas genéticas para establecer la paternidad de manera oportuna, priorizando el derecho del niño.

A pesar de que la niña solo fue reconocida legalmente en 2012, la jueza consideró que el padre se había sustraído de su responsabilidad, motivo por el cual procedió con la demanda por daños y perjuicios. La sentencia destaca que pocas conductas son tan reprochables como la de negar la paternidad, pues afecta profundamente el bienestar de los hijos.

Finalmente, la justicia ordenó que el hombre pague los 40 millones de pesos en el término de 10 días, y se le impusieron las costas del juicio. La sentencia marca un precedente importante en cuanto al reconocimiento de los derechos de los niños y el respeto hacia su identidad.