Bolsillos secos

La crisis golpea el recreo de los niños: ¿cuánto hay que gastar para que coman algo en la escuela?

La crisis económica llegó al recreo de los chicos. Un relevamiento en Jujuy indica que los padres gastan entre $1000 y $1500 por día para que sus hijos puedan comprar algo durante el recreo.

QPJ JUJUY

La crisis económica llegó al recreo de los chicos. Un relevamiento realizado por La Voz de Jujuy en la escuela General Belgrano de esta ciudad reveló que los padres gastan entre $1000 y $1500 por día para que sus hijos puedan comprar algo durante el recreo.

Según los comerciantes de los carritos ubicados en las inmediaciones del establecimiento, las ventas de golosinas han caído considerablemente en comparación con años anteriores. Esto se debe al aumento de los precios, que ha obligado a muchos padres a reducir el consumo de sus hijos o a buscar alternativas más económicas.

"Hay muchas cosas que no se venden, y tienes que bajar el precio al costo que uno compra", dijo una de las comerciantes. "Los chicos compran lo más barato, no se venden galletas como antes. Yo vendo sándwich porque son de elaboración propia, y al hacerlos el costo es menor. La gaseosa es lo que menos se vende".

Los padres, por su parte, expresaron su preocupación por la situación. "Aumentó todo en relación con las golosinas", dijo un padre. "Por semana estimo que gasto más de $10.000, por cada chico entre $2.000 o $1.000, entre un jugo y un sándwich para el recreo y merienda".

Otros padres han optado por incluir frutas a la dieta de sus hijos o prepararles algo en casa. "Yo no les doy plata a mis hijos, no me gusta que consuman algo que no sea orgánico", dijo una madre. "Yo les traigo manzana o banana para que ellos consuman en el recreo".

Los propios niños también son conscientes de la situación. "Nuestras mamás se infartan con los precios", dijo un niño. "A mí me dan $500 pesos y apenas me alcanza para un alfajor. Antes me compraba una gaseosa y un pancho. Las golosinas de primera marca son imposibles de pagar, es un lujo comer eso".

La situación refleja el impacto de la crisis económica en las familias argentinas, incluso en los momentos más cotidianos como el recreo escolar.

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