Se tatuó "Jujuy" en la espalda y solo recibió insultos de los jujeños

Hace poco,  Que Pasa Jujuy compartió la historia de un joven jujeño que decidió expresar su amor por la provincia de una manera bastante particular: tatuándose la palabra "Jujuy" en su espalda, utilizando el diseño de la marca turística que el gobierno local utiliza para promocionar la provincia. Sin embargo, lo que él seguramente esperaba que fuera un gesto de orgullo y pertenencia, se convirtió en blanco de duras críticas y comentarios ofensivos en redes sociales.

Lejos de recibir apoyo, el joven fue bombardeado con insultos y descalificaciones por parte de los usuarios. Algunos de los comentarios más agresivos cuestionaron su identidad y hasta su nacionalidad, como uno que escribió: "Eso es de boliviano", mientras otro añadió: "Este quiere atención médica gratis jajaja". Los ataques no solo se enfocaron en su tatuaje, sino que también apuntaron a su apariencia física: "Q bola con ese cuerpo, hace quedar mal a Jujuy", dijo otro usuario entre risas.

Entre los múltiples comentarios, algunos trataron de ser más constructivos, aunque no sin cierto aire de superioridad: "Para ser bien jujeño no hace falta que se tatúe... solo tiene que sentirse orgulloso de ser jujeño, así de simple ", comentó un usuario, intentando poner en palabras una reflexión más profunda sobre el verdadero sentido de pertenencia.

 Lo que este jujeño buscaba era, probablemente, una forma de manifestar su identidad, pero terminó siendo objeto de burlas y ataques, en lugar de recibir la empatía que podría esperarse de una comunidad que también se enorgullece de su tierra.

¿Por qué tanta negatividad?

El caso refleja un fenómeno común en internet: la viralización de una imagen o historia que, en lugar de ser valorada en su contexto, es desmenuzada por los internautas para encontrar defectos o motivos de burla. Lo que comenzó como un gesto personal para el joven se transformó en un espectáculo público donde los comentarios peyorativos, xenófobos y discriminatorios tomaron protagonismo.

La viralización de este tatuaje y los comentarios que recibió son solo una muestra de cómo las redes sociales pueden convertirse en un espacio tóxico donde cualquier acción es expuesta al juicio implacable de quienes se esconden tras un teclado.