¿Aborto para varones?: el derecho a decidir la paternidad del niño por nacer

Una nueva polémica caldea las aguas del debate a muy poco de haberse reglamentado la ley que despenaliza la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Sin presentar cuestionamientos sobre la ley vigente, esta nueva discrepancia de la que comienza a hablarse plantea el derecho a decidir de los varones sobre ese embrión, sobre ese niño por nacer.

El disparador surge a partir de una columna de opinión del reconocido periodista salteño Daniel Murillo, quien a través de una publicación expuso la situación y se pronunció sobre la posibilidad de otorgar el derecho a desvincularse legalmente de un embarazo no deseado.

Sin presentar cuestionamientos sobre la ley de aborto legal, el periodista expuso: "El derecho ganado por las mujeres a dejar de ser criminalizadas por no querer ser madres e interrumpir sus embarazos, es para quien escribe indiscutible sin bemoles ni matices". 

Seguido de esto, continuó: "si la maternidad debe ser deseada, la paternidad también".

Si bien para hablar de establecer una igualdad de derechos ante un embarazo no deseado se deberían establecer parámetros técnicos, la polémica solo expone una desigualdad actual frente a la ley. "El hombre, en caso de no querer seguir adelante con un embarazo, y obviamente ajeno a la decisión del cuerpo gestante, puede ser obligado por la ley a proveer alimento a ese niño del que él no quiso ser padre, durante 25 años", señaló Murillo.

Rápidamente, algunos sectores en favor de la campaña por el derecho a decidir cruzaron al trabajador de prensa sosteniendo que actualmente el hombre decide si no quiere hacerse cargo, lo cierto, es que esto de alguna manera lo aparta de la ley y en muchos casos representan duras sanciones sobre quienes no cumplen con los regímenes alimentarios.

Cabe aclarar que el derecho a decidir la paternidad como se expresa en esta nota y en la del colega salteño, apunta a establecer una brecha, como en la IVE, no mayor a las 14 semanas para elegir no participar de ninguna manera de la vida de ese embrión, o niño por nacer.

"Así como fue nefasto obligar a las mujeres históricamente a ser madres, resulta cuando menos ridículo sino violento, obligar a un hombre a un aporte económico de un cuarto de siglo", consignó El Grito Salta.