Norteño vende manzanas confitadas y dice que son las mejores del mundo
La historia de este trabajador que se reinventó en pandemia es más que emotiva.
Por semana, Carlos Ramón Amaya carga 10 cajones de manzanas rojas en el motocarro y vuelve a su casa con su esposa Juana. Con técnicas secretas, el hombre de 61 años se prepara para la primera tanda del otoño: "En una hora y media hago 100 manzanitas".
Hijo de Pedro Miguel Amaya, Carlos Ramón trabajaba en una panadería en La Banda hasta los 45 años cuando heredó el legado de su padre y los ingredientes necesarios para hacer magia en la cocina: manzana, azúcar, agua y colorante rojo. "Recién estamos empezando la temporada 2021 y esperamos que sea un gran año. Para el verano no sirve: se derrite el caramelo. Siempre se vende más el helado. Pero la manzanita es tucumana. La he visto en otros lugares, pero te la venden con azúcar quemada, nada que ver con la nuestra, tiene gusto a quemado. Tengo diabetes, me encantan los dulces. Creo que sé de lo que estoy hablando".
La manzanita ha sido un clásico desde todos los tiempos en la pirámide alimenticia callejera, quizás unos escalones por debajo del praliné, pero mucho más atractiva en su majestuosa redondez acaramelada carmesí. Hincarle el colmillo al corazón de una manzanita es uno de los recuerdos vivos que figura en nuestra tucumanidad: en la vereda, en un recreo, en el cine, ¿quién no traspasado las barreras del duro caramelo y ha sentido la arena húmeda de la manzana en el paladar alguna vez?
Ahora, en la pandemia, Carlos decidió empezar a vender sus manzanas por las redes. En una publicación de Facebook escribió "Estoy haciendo manzanita por mayor para re vender y para cumpleañitos o otras fiestas soy de la banda del río sali y mi número de teléfono es 3813574841". La publicación se viralizó instantáneamente y ya fue compartida más de 10 mil veces.
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