Todo mal

No les fue bien en Argentina: Venezolanos se vuelven a su país

Muchos duermen en el suelo, comen lo que pueden y se higienizan como pueden.

QPS Sociedad

Son cerca de 200 en ese campamento improvisado de apuro ante la falta de respuestas. Son venezolanos que, en su mayoría, vivieron hasta hoy en la Argentina y quieren regresar definitivamente a su país, pero no pueden: Conviasa, la aerolínea estatal, les canceló el vuelo en dos ocasiones. Desde el lunes, muchos duermen en el suelo, comen lo que pueden y se higienizan como pueden.

Y de no mediar un antídoto para la indolencia, el contingente de varados pasará Año Nuevo en el Aeropuerto de Ezeiza o -en el mejor de los casos- subido arriba de un avión.


En principio, el vuelo fue nuevamente reprogramado para las 22 de este viernes, justo a la hora de la cena de fin de año. Los pasajeros llegaron a las 22 del lunes para realizar el check-in. "Debimos haber viajado el 28. Primero la aerolínea nos adelantó el vuelo para las 2.55 de la mañana de ese día. Cuando llegamos, nos informaron que se había cancelado", contó Franklin, uno de los afectados.

El itinerario fue pospuesto para las 6 de la mañana del jueves, pero unas horas antes se volvió a aplazar. La terminal A de Ezeiza se transformó, entonces, en un polvorín. Más allá de los planes truncos de un brindis de Año Nuevo con sonrisas y reencuentros, entre los damnificados hay chicos, ancianos y embarazadas. Y buena parte del contingente no tiene dónde parar: son repetidos los casos de quienes ya abandonaron la vivienda que alquilaban en el país para afincarse nuevamente en Venezuela.

"Viví cuatro años en la Argentina y no me fue como esperaba. Por eso no tengo pasaje de regreso: me voy a hacer vida nuevamente en mi tierra, pero ante esta situación no tengo cómo pagar un hotel. Intentamos gestionar que nos ubicaran en algún sitio, pero no nos dieron respuesta. Entonces amanecimos aquí otra vez. Ya iremos para cuatro noches. Gracias Conviasa por arruinarnos el festejo y el reencuentro con nuestros familiares", remarca Franklin.

Y profundiza: "No debe ocurrir que las personas queden tiradas como si fueran animales. El deber de la empresa es responder a los usuarios. Decirnos ‘bueno, no podremos viajar hoy, los trasladaremos a un hotel', como hace cualquier empresa en el mundo. Aquí hay niños, ancianos y hasta perros".

Las explicaciones de Conviasa, entretanto, son confusas. Ante la primera cancelación, la compañía emitió un comunicado en el que señaló que el vuelo se reprogramaba para el 30 luego de recibir la autorización de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC). Más tarde, según el relato de los damnificados, envió un mail en el que se notificó que las razones de la segunda cancelación eran ajenas a la voluntad de la aerolínea.

"Desafortunadamente seguimos presentando inconvenientes operacionales que no nos permiten ejecutar el vuelo planificado para hoy", decía el correo. Y agregaba: "Nos mantendremos buscando soluciones y alternativas para resolver los inconvenientes que por razones de fuerza mayor y ajenas a la voluntad de Conviasa y sus trabajadores se han presentado". Este medio contactó a representantes de la ANAC, pero al cierre de esta edición no obtuvo respuesta.

La incertidumbre de los pasajeros se acentúa porque Conviasa no posee oficinas en la Argentina: realiza funciones operativas a través de una agencia tercerizada que apenas dio respuesta a un puñado de pasajeros. "Nosotros tuvimos suerte y nos ubicaron en un hotel de Recoleta. Somos como 20 los que estamos aquí. Nos dijeron también que los aviones de la aerolínea presentaban desperfectos, pero ya no sabemos a quién creerle", le comenta José, otro de los afectados, a TN.

Otto, su compañero de habitación, se lamenta: "Tenía ganas de darle una sorpresa a mi abuelita en Caracas, pero con esto de que parece que ahora el vuelo sale a las 22 de mañana (viernes) me voy a pasar el festejo montado a un avión. Espero llegar y compartir unos días con ella. Tengo pasaje de regreso a la Argentina para el 8 de enero".

Uno de los detalles que alimenta la indignación de los viajeros es que la mayoría asegura haber pagado entre 1000 y 1500 dólares por el boleto.
"No es un vuelo humanitario. No nos están repatriando ni haciendo ningún favor. Yo pagué 1300 dólares. Por eso le pido a la ANAC que presione a Conviasa, o al mismísimo señor presidente Alberto Fernández que interceda ante Nicolás Maduro para que tengamos una solución", añade Otto.

En las redes sociales, el malestar se multiplica porque -según las denuncias- el vuelo Buenos Aires-Caracas no sería el único que Conviasa mantiene en suspenso: también hay uno con la ruta inversa que todavía no partió del aeropuerto Simón Bolívar de Maiquetía, y un tercero cuyo destino era Ezeiza y se encuentra varado en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.
Duermen en el suelo, comen y se higienizan como pueden: 200 venezolanos que buscan volver a su país llevan cuatro noches varados en Ezeiza

En Ezeiza, en medio de un campamento montado con mantas y valijas junto al local de McDonald's, prevalecen el desaliento y la resignación.
Pero también la solidaridad: Fabio, uno de los pasajeros, organizó una colecta que se materializó en 50 cajas de pizzas, 24 docenas de empanadas y 200 litros de bebida.

"Yo tengo un comercio y vivo aquí. Puedo ducharme y dormir en una cama, pero hay muchos compatriotas que no. Sentí la necesidad de ayudar", expresó. Baires de Libertad, una ONG fundada en 2017 que brinda asistencia a venezolanos residentes en la Argentina, junto con la parroquia Nuestra Señora de Caacupé, también se sumaron con una donación de alimentos y bebidas. /TN

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