Denunciaron abuso policial en Tilcara y exigen renuncias: "No me dejaban respirar"
Ingeniero jujeño expuso la terrible situación que vivió mientras comía un sándwich con sus amigos.
Carlos Redin es ingeniero en Tilcara y fue quien narró los sucesos que convirtieron un jueves común y corriente, en una pesadilla. El denunciado es el jefe de la comisaría local, Daniel Almazán quien habría sido trasladado a la localidad de Susques cuando todo un pueblo comienza a exigir su renuncia.
A las 18 horas, los tilcareños se movilizarán contra la brutalidad policíaca y, como ya lo dijimos, para pedir la renuncia de Almazán.
De acuerdo a lo relatado por Redin a El Submarino Radio, el se encontraba en la plaza de Tilcara, comiendo un sándwich y conversando con amigos, cuando llegó un grupo de policías encabezados por el jefe de la comisaría, Daniel Almazán, para desalojar la plaza.
Primero se dirigieron a otro grupo de jóvenes, a quienes los fueron corriendo para que circulen. «Una vez que desalojaron la esquina, él (Almazán) se vuelve hacia mí, me pide identificación y me pregunta por qué estaba conversando con ellos. Y me dice que yo estaba haciendo cosas que no correspondían», contó Redin.
«Le dije que yo no salía con documento porque estoy en el pueblo, que no es obligatorio, que la ley no exige el documento encima -continuó-. Y se empezó a enojar. Me dijo que yo no era quién para decirle lo que se puede hacer o no por la ley. Empezó a subir de tono la conversación hasta que le dio la orden a los otros policías que me agarren y me lleven. Y de mal modo me fueron empujando por la plaza hasta la comisaría».
Una vez en la comisaría, lo que sucedió recuerda hechos del pasado, de los años de la dictadura cívico militar: «Cerraron la puerta, me llevaron al patio y empezaron a forcejear hasta que me tiraron al piso. Me esposaron boca abajo y me empezaron a aplastar el cuerpo. Yo no podía respirar. Así me tuvieron un rato. Yo pedía por favor, decía que no podía respirar», detalló Redin.
Cuando finalmente permiten que se levante, Redin preguntó cuál era la imputación en su contra, qué infracción había cometido. Quería que lo notificaran, firmar los papeles correspondientes y retirarse a su casa. En cambio, le dijeron «vos no te vas a ningún lado».
«Me empezaron a sacar todas las pertenencias y me tiraron en un calabozo. No me dejaron hacer una llamada telefónica ni nada», completó.
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