Lo encontraron en la calle y ahora es perrito franciscano: vive en el convento
Fue salvado por los monjes y ahora vive dentro de los pasillos del convento San Francisco.
Hoy es Fray Bigotón, pero antes lo conocían como Carmelo. El pequeño perro de raza schnauzer pasaba sus días en un refugio canino en Bolivia después de que lo encontraran en las calles, vagando sin un rumbo cierto. Casi como si fuera un milagro, monjes lo rescataron y ahora vive en el convento San Francisco.
Esta maravillosa historia se hizo pública en 2017 y todavía siguen hablando de ella. El canino vive ahora en el convento de la ciudad de Cochabamba.
Los franciscanos, por el patrono que los identifica, tienen una ligazón especial con los animales. San Francisco de Asís fue nombrado el patrón de los animales, veterinarios y ecologistas. En torno a su figura, se cuentan cientas de anécdotas que grafican su empatía. Una leyenda, por ejemplo, dice que las golondrinas lo seguían con devoción y formaban una cruz sobre su cabeza.
El perro fue bautizado como Fray Bigotón
Los monjes bolivianos, siguiendo el mensaje de San Francisco, adoptaron a Carmelo. A los pocos días, decidieron bautizarlo con un nombre particular: Fray Bigotón. Su emparentamiento con la religión no llegó hasta ahí. La sotana marrón con el que lo vistieron lo convirtió en una celebridad de las redes sociales.
Fray Bigotón tomó los hábitos franciscanos
"El perro tiene todo el espacio para que pueda desear para jugar y correr libremente. Además dispone de una fuente para beber y refrescarse cuando quiera", comentó uno de los hermanos.
Jorge Fernández, uno de los padres del monasterio, dijo: "Su vida se resume en jugar y correr. No tiene obligaciones de ningún tipo. Aquí, todos los hermanos lo queremos mucho. Ahora es una criatura de Dios".
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