Q.E.P.D

Con esta insólita mentira, cometió un femicidio y nadie ayudó a la chica "es mi novia"

La jovencita fue asesinada en las vías del tren, muy fríamente su agresor convenció a quienes podían haberla ayudado, diciendo que era "una discusión de pareja"

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"Está todo bien, estoy con mi novia", la mentira que usó para ganar tiempo y asesinar. Femicidio: El asesino simuló estar con su pareja cuando en realidad era su víctima. Quien pudo haberla ayudado "no se metió", porque creyó que era un tema de novios.

"Está todo bien": la frase con la que el asesino de Lucila Yaconis ganó tiempo e impunidad. El caso quedó al borde de la prescripción. "Jamás sabremos quién lo hizo", se lamentó en diálogo con TN la mamá de la adolescente de 16 años asesinada en 2003.

Lucila Yaconis tenía 16 años cuando fue atacada en las vías del tren de Núñez.

El 21 de abril de 2003 la asesinaron cuando volvía de visitar a su abuela, a solo dos cuadras de su casa en el barrio porteño Núñez. Ahora, la causa en la que nunca hubo un solo acusado, podría prescribir. "Jamás sabremos quién lo hizo", se lamentó la madre en diálogo con TN.

Isabel se quedó sin palabras. Después de tantos años de lucha pareciera haberla alcanzado al fin una silenciosa resignación. Y apuntó: "Aunque la causa siguiera abierta, nunca tuvo una pista firme".

Al menos 80 muestras de ADN de distintos sospechosos pasaron por ese expediente y todos los cotejos con el patrón genético que se encontró en la escena del crimen dieron negativo. El asesino de Lucila Yaconis camina libre por las calles.

El caso de Lucila Yaconis, "el crimen perfecto"

"Negro, está todo bien": la frase con la que el asesino de Lucila Yaconis ganó tiempo e impunidad. Le faltaban dos cuadras para llegar a su casa cuando apareció un sujeto en Vilela y las vías del tren Mitre, que la arrastró unos cien metros para atacarla sexualmente. Lucila se resistió y murió defendiéndose, sin que nadie interviniera para ayudarla.

Se supo que un testigo alcanzó a ver un movimiento sospechoso en la zona de las vías, pero tuvo miedo y se fue. El otro fue un trabajador de un taller de ascensores, un sereno, que escuchó cuando Lucila gritó "dejame". Este hombre se asomó y preguntó qué pasaba, y el homicida le contestó: "Negro, está todo bien, estoy con mi novia". Su respuesta pareció ser suficiente para el otro que, efectivamente, no se metió y siguió con su trabajo.

El cuerpo de Lucila fue encontrado en Vilela y las vías del tren Mitre, a dos cuadras de su casa.

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