Q.E.P.D.

Esta es la cara del asesino, la ahorcó y la enterró con cal

Ella solo le había dicho que se quería separar, el hombre no lo soportó

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Ella se quería separar, él la ahorcó y la enterró con cal. Irregularidades en la investigación y "autopsia obligada". ¿Quién es él y por qué lo cubren?

Ella iba a dejarlo y él la ahorcó, la tiró a un campo y la tapó con cal: a 13 años del crimen de Melina Briz. La joven de 18 años fue asesinada por su novio, Ariel Troncoso. Como la figura del femicidio no existía por entonces, no recibió perpetua. Hoy está preso en Batán, donde goza de un régimen abierto. Y este año podría salir de la cárcel.


El 14 de febrero de 2012, en pleno Día de los Enamorados, la ciudad bonaerense de Balcarce quedó conmocionada por el hallazgo del cuerpo de Melina Briz, una joven de 18 años que había desaparecido cuatro días antes. Su asesino, Ariel Troncoso, que la doblaba en edad y se negaba a aceptar el fin de la relación, la estranguló, la dejó en un descampado y cubrió su cuerpo con cal.

Sin embargo, debido a que la figura del femicidio no existía en el Código Penal en ese momento, fue condenado a solo 18 años de prisión por homicidio agravado por alevosía, en lugar de recibir cadena perpetua. Ahora, goza del beneficio del programa "Casas por Cárceles" y pronto podría quedar en libertad.

Melina Briz y Ariel Troncoso habían salido durante tres años, aunque la joven mantuvo la relación oculta de su familia debido a la diferencia de edad (él era 22 años mayor) y la desaprobación de su entorno. Lo conoció porque trabajaba como pintor en la casa de un conocido. Se hicieron amigos y luego su vínculo fue más allá.

En los últimos meses, Melina había decidido terminar con el noviazgo para comenzar a vivir experiencias propias de su edad: salir, divertirse, interactuar con otros jóvenes. Sin embargo, Troncoso se resistía a perderla y había llegado al extremo de mudarse a pocos metros de su casa para seguir cerca de ella.

El 10 de febrero de 2012, Melina accedió a encontrarse con su novio para hablar y considerar seguir juntos, porque él insistía con esa idea. Ella no se lo contó a su familia: avisó que se vería con unos amigos. Solía hacerlo con frecuencia, para tomar mates y andar en patines. Pero ese día, a las 16.30, ambos salieron en su auto con destino incierto. Ella nunca regresó.

Cuatro días de agonía: así fue la búsqueda de Melina

Silvia Alessio, la mamá de Melina, recibió horas después mensajes de texto desde el teléfono de su hija: la joven le contaba que estaba mirando televisión con unas amigas y que se iba a quedar a dormir con ellas. Pero la mujer desconfió. "Tuve la intuición de que no era ella. Temí lo peor desde el principio", aseguró.

Silvia habló con sus amigas y no la localizó, por lo que el domingo por la madrugada, preocupada porque no volvía, radicó la denuncia por desaparición. La Policía Comunal de Balcarce y la Sub DDI empezaron a investigar, y una de las primeras personas que consultaron fue Troncoso.

El domingo, el primer testimonio que se le tomó al hombre ya contenía una carga importante de mentiras que recién quedarían al descubierto con su confesión. Troncoso le dijo a la policía que había estado con Melina, pero que a las siete de la tarde del viernes la había dejado cerca de la casa de una hermana. Luego se fue a jugar al fútbol a Mechongué.

El cuerpo de Melina fue encontrado cuatro días después de su desaparición.

Los investigadores no confiaron plenamente en sus dichos y profundizaron la pesquisa, estableciendo que si bien era cierto que Troncoso había ido a ese partido, no había jugado porque, según argumentó, le "dolía la panza". Los testigos contaron que lo habían notado nervioso.

Con esos datos, más los aportados por los amigos de Melina sobre su intención de concluir el noviazgo, el fiscal Rodolfo Moure pidió al Juzgado de Garantías dos órdenes de allanamientos para el departamento de Troncoso y su auto, el Volkswagen Golf en el que había salido con Melina.

Los operativos recién se llevaron a cabo el lunes por la tarde. A partir de ese momento todo cambió. Troncoso intuyó que el cerco se cerraba.

Los policías no encontraron ningún elemento incriminatorio, ni en el departamento ni en el automóvil, que estaba a resguardo en un garaje de avenida Suipacha, entre 17 y 19. Pero fue en la comisaría de Balcarce donde el hombre confesó. Abrazó a su hermano y le dijo: "Me mandé una cagada con Melina". De inmediato, los policías lo esposaron y lo dejaron detenido en una celda.

Troncoso aportó datos de dónde estaba el cuerpo de Melina. Según declaró, la ahorcó, le cortó las muñecas para que se desangrara, y arrojó su cadáver en un descampado, a la vera de la ruta. Los policías la encontraron desnuda, tapada con cal y ramas. A lo largo del camino, descartó sus pertenencias. La investigación confirmó que la había asfixiado.

Irregularidades en la investigación y una nueva autopsia obligada

La causa de Melina Briz volvió a foja cero en mayo del 2012, meses después del hecho, por una falla de la Justicia. La Sala II de la Cámara de Apelaciones y Garantías de Mar del Plata liberó al imputado y avaló un planteo de la defensa, que alegó que su asistido había sido condicionado a confesar el crimen ante los policías que lo detuvieron.

El fiscal Moure fue apartado del caso por haber perdido el "principio de objetividad". Pero los jueces no solo anularon esa confesión, sino también todo el acto procesal posterior: el hallazgo del cadáver, el ADN positivo que inculpaba al asesino, la autopsia que acreditaba el homicidio y el certificado de defunción, detalla TN.

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