La familia de María Cash había recibido un llamado anónimo: el camionero complicado
Héctor Romero, un camionero de 71 años, fue detenido e imputado por el homicidio de María Cash, la joven diseñadora desaparecida en 2011 en Salta.
La desaparición de María Cash, ocurrida en julio de 2011, dio un giro inesperado esta semana con la detención de Héctor Romero, un camionero de 71 años acusado de homicidio calificado por alevosía. La jueza federal Mariela Giménez dictó la prisión preventiva tras la declaración indagatoria del martes pasado.
Romero había sido señalado hace más de una década como la última persona en ver a la joven diseñadora de indumentaria. Según los registros, la levantó mientras hacía dedo en la ruta. Sin embargo, su versión de los hechos presentó inconsistencias a lo largo del tiempo, cambiando en tres oportunidades el lugar donde afirmó haber dejado a Cash.
En 2013, una llamada anónima alertó a la familia Cash sobre la posibilidad de que el cuerpo de María hubiera sido arrojado al dique El Tunal. Esta información impulsó nuevas diligencias judiciales, pero los resultados de los peritajes en el lugar fueron negativos. A pesar de esto, la investigación nunca fue cerrada.
"Todo indica que Romero le quitó la vida a María Cash e hizo desaparecer el cuerpo. El Ministerio Público Fiscal va a solicitar rastrillajes sobre zonas particulares. Aunque inicialmente se cree que actuó solo, sorprende el silencio de su entorno", sostuvo el fiscal general Eduardo Villalba, quien lidera las pesquisas.
Romero fue objeto de sospechas desde el inicio. En 2011, su casa en General Güemes y el camión que conducía fueron allanados, aunque no se hallaron rastros de sangre ni pruebas incriminatorias. Según un análisis del teléfono celular del acusado, el 8 de julio de 2011, día de la desaparición de Cash, estuvo en Joaquín V. González y regresó a General Güemes horas después.
La historia de Romero con la justicia incluye declaraciones contradictorias: en su primer testimonio aseguró haber dejado a Cash en una finca; luego situó el encuentro en otro punto de la ruta y más tarde afirmó haberla dejado en la gruta de la Difunta Correa.
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