¿Masajes? Repudiable actitud y sonrisas cómplices de los rugbiers en el juicio por Fernando
Mientras la sociedad pide cadena perpetua, los ocho señalados por el asesinato de Fernando Báez Sosa, se mostraron más "sueltos" en la nueva audiencia
Masajes y sonrisas cómplices: lo que no se vio de los rugbiers en el segundo día del juicio por Báez Sosa. Los imputados estuvieron mucho más sueltos que en la primera audiencia. En esta oportunidad cambiaron su vestimenta, hablaron más y modificaron su comportamiento.
Las caras de los rugbiers al llegar al Tribunal de Dolores, donde se desarrolla el juicio por Fernando Báez Sosa.
Parece que entre la primera y la segunda jornada del juicio, la situación para los ocho rugbiers juzgados en Dolores por el crimen de Fernando Báez Sosa cambió y bastante. A diferencia de la actitud que mantuvieron en la primera instancia, en la cual se los vio muy silenciosos y quietos, este martes los imputados se mostraron mucho más sueltos.
La jornada fue larga. Empezó cerca de las 10 de la mañana y concluyó casi a las 19. Durante la primera parte declararon Oscar Rossi, el papá de Julieta, que era la novia de Fernando al momento del ataque mortal, y también lo hizo Lucas Filardi, uno de los amigos de la víctima que presenció la brutal agresión.
A pesar de la actitud que mantuvieron en la primera audiencia los rugbiers, donde se los notó muy callados y concentrados en lo que decían los abogados y fiscales, los imputados mostraron mayor soltura.
Por empezar, todos se cambiaron la ropa y, al menos este martes, dejaron atrás las camisas y finalmente se vistieron más cómodos, con chombas y remeras de algodón.
Más allá de su aspecto físico, lo cierto es que los ocho se dejaron ver distendidos. Si bien durante las primeras horas del debate se concentraron en mantener la mirada al frente y la cabeza erguida, con el paso de las horas empezaron a relajarse.
Por ejemplo, los rugbiers demostraron que mantienen una comunicación fluida entre ellos, ya que varias veces se dijeron unos a otros cosas al oído. El lunes, en el inicio del juicio, parecía que la situación entre ellos era distante. Pero ahora quedó demostrado que siguen más unidos que nunca.
Rugbiers en Villa Gesell Y de hecho, eso se pudo ver cuando, al menos en dos oportunidades, su abogado defensor, Hugo Tomei, mientras declaraba uno de los amigos de Fernando, se acercó a los acusados y en voz baja les dio una serie de indicaciones.
Además, el abogado hizo especial hincapié en que miraran el televisor en el que, durante toda la jornada, se mostraron los distintos videos del momento del ataque a Báez Sosa y que son parte de las pruebas que tiene la fiscalía.
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Otro momento que se vio durante la audiencia tiene que ver con el contacto físico entre los propios acusados. En un breve momento de descanso durante el debate, Ayrton Viollaz le hizo unos rápidos masajes en la espalda a Ciro Pertossi, quien se encontraba ubicado justo detrás de él en la primera fila del banquillo de los acusados.
Un amigo de Fernando apuntó contra Luciano Pertossi y Ayrton Viollaz. (Foto: Télam/Diego Izquierdo) Sin embargo, eso no fue todo. En al menos dos momentos a Luciano Pertossi se lo vio sonriente y divertido con uno de los policías que lo custodia; algo que parece extraño debido a que el imputado fue uno de los más nombrados y señalados por los amigos de Fernando durante sus declaraciones.
Además, ya casi en el final de la jornada, el propio Tomei se acercó a sus defendidos y los hizo sonreír con alguno de sus comentarios antes de que el abogado regresara al escritorio que comparte con Emilia Pertossi, la hermana de Ciro y Luciano, detalló TN.
Justamente es con ella con quienes los rugbiers también hablaron bastante durante este martes y, en cierto punto, es de esperarse, ya que los imputados conocen desde hace mucho tiempo a la joven de 25 años por el vínculo familiar que la une a los sospechosos.
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