Desde el 1º de enero, los senadores pasarán a cobrar más de nueve millones por mes

El salario de los senadores nacionales enfrenta un inminente ajuste que podría llevar sus ingresos mensuales a $9.500.000 a partir del 1° de enero de 2025. Esto ocurrirá si no se extiende el congelamiento de dietas vigente desde agosto, aprobado luego de las críticas por los incrementos salariales vinculados al acuerdo paritario de los trabajadores legislativos.

La vicepresidenta del Senado, Victoria Villarruel, planteó la necesidad de congelar las dietas durante la última sesión, tras la expulsión del senador Edgardo Kueider. Aunque Villarruel no tiene autoridad para tomar decisiones definitivas sobre el tema, destacó que "es fundamental demostrar coherencia con el esfuerzo económico que realiza la población".

El aumento proyectado tiene su origen en una resolución de abril de 2024 que estableció un sistema de módulos salariales para los senadores. Según este esquema, cada legislador recibiría 2.500 módulos, más 1.000 para gastos de representación y 500 adicionales por desarraigo, aplicable a quienes viven a más de 500 km de Buenos Aires. Esto incluye también una "dieta número 13", equivalente a un aguinaldo.

Actualmente, el salario base de un senador supera los $7.000.000, incluyendo los módulos por representación y desarraigo. De no renovarse el congelamiento, el incremento generaría un fuerte rechazo social, especialmente entre los empleados legislativos, quienes recibieron un aumento del 6% en 2024.

Propuesta para limitar ingresos públicos

En medio de la controversia, el interbloque de Unión por la Patria (UxP) presentó un proyecto que busca establecer un límite salarial de hasta 20 veces el salario mínimo, vital y móvil para los funcionarios de los tres poderes del Estado. De aprobarse, los ingresos de los senadores no podrían superar los $5.440.000.

El proyecto aún está pendiente de tratamiento en las comisiones de Legislación del Trabajo y Asuntos Constitucionales. Mientras tanto, las tensiones crecen en el Senado, que cerró sus actividades sin convocar sesiones extraordinarias, dejando en suspenso cualquier decisión sobre las dietas parlamentarias.

Sin una resolución clara, el impacto económico y político de este aumento podría intensificar la polémica en los primeros meses de 2025.