Abuelita no podía pagar su mercadería en el súper Comodín y pasó algo que hizo llorar a todos
Las personas que estaban esperando para pagar sus productos se llevaron una sorpresa.
Anoche, alrededor de las 22 hrs, el Súper Comodín ubicado en la calle Ituzaingó, casi esquina Mendoza, se convirtió en el escenario de un emotivo episodio que destacó la solidaridad y la generosidad en el corazón del centro de Salta.
Una abuelita, con pocas cosas en su carrito de compras, se encontró con una situación que la conmovió profundamente al llegar a la caja para pagar. Al intentar abonar sus compras con varios billetes de $100, se percató de que no disponía de suficiente dinero para cubrir el total de su carro, que no superaba los diez productos.
Con cerca de cinco artículos aún en su carrito y la angustia reflejada en su rostro, la abuelita se preparaba para retirarse sin completar sus compras. "Esto no llevo, no me alcanza", dijo. Fue entonces cuando un joven cliente, que se encontraba en la caja de al lado, observó la situación y decidió actuar.
De manera espontánea y sin dudarlo, el joven recogió los productos que la abuelita no podía costear, los agregó a su propia cuenta y se los entregó con una sonrisa reconfortante. La abuelita, abrumada por el gesto inesperado, no pudo contener sus emociones y rompió en llanto.
Este acto de solidaridad en el Super Comodín no solo dejó una huella imborrable en el corazón de la abuelita, sino que también resonó en quienes fueron testigos de este momento de generosidad. Sirve como recordatorio de cómo pequeños gestos pueden iluminar no solo un supermercado, sino también la conexión humana que existe en la vida cotidiana.
La historia de la abuelita y el joven solidario es un recordatorio inspirador de que, incluso en los momentos más simples, la empatía y la generosidad pueden tejer lazos de comunidad y hacer que un lugar común se transforme en un espacio lleno de humanidad.
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