Más de la mitad de los argentinos tiene una relación "poliamorosa"
Un estudio reveló que la mayoría experimenta el amor por fuera de la "pareja tradicional"
El 52% de los argentinos experimenta por fuera del formato de pareja tradicional. Según la encuesta, la monogamia dejó de ser la única opción incluso para mayores de 50 años.
"Cada vez más gente busca nuevas maneras de relacionarse", según este estudio reciente realizado por la app de citas Gleeden, en la Argentina un creciente número de personas exploran relaciones más allá de la monogamia. Pero, ¿qué es lo que viene después? Y, si la definición de pareja está cambiando, ¿qué pasa entonces con la de infidelidad?
Por empezar, el estudio realizado por Dive Marketing en México, Colombia, Argentina y Brasil (sobre 1773 participantes, 60% fueron mujeres), destaca que en la Argentina el 52% de los encuestados ha explorado vínculos por fuera de la monogamia con la infidelidad (27%) y las relaciones abiertas (26%) como las formas más comunes.
Estas cifras se acoplan a un fenómeno de apertura que se viene observando en los últimos años, conforme la discusión sobre modelos relacionales se da cada vez más abiertamente y con nuevas formas de vinculación que se han popularizado: desde las parejas abiertas como lo más "mainstream", pero también con parejas y familias "poli" (de poliamor), LAT (living apart together) o parejas que están juntas pero viven separadas, entre otras variantes.
La infidelidad y las relaciones abiertas son las formas más comunes de experimentación. Prueba y error, la novedad tal vez sea que estas ideas y debates también trascienden edades, y mientras antes era la gente joven la que se animaba a experimentar con estos nuevos modelos, hoy la situación es diferente. En este sentido, el informe asegura que los mayores de 50 años están desafiando los estereotipos y abriéndose a nuevas maneras de vincularse.
"Nos encontramos ante un cambio de paradigma. La monogamia dejó de ser la única opción después de los 50. Las parejas evolucionan y pueden replantearse qué tipos de vínculos quieren tener. Lo más importante es escucharse con ganas de entenderse y, si no se conoce el tema, informarse para no caer en prejuicios", explica la sexóloga Florencia Pollicita.
"Siendo terapeuta de parejas veo estos casos en el consultorio muy frecuentemente - dice por su parte la licenciada Giselle Bordon, especialista en terapia vincular-. Parejas que deciden comenzar su vínculo como ‘abierto' o que desean transformarlo sobre la marcha. En mi experiencia, las parejas consultan cuando ya lo han intentado y se enfrentan a diferentes obstáculos que no han previsto. Muchas de ellas incluso han probado y de común acuerdo han vuelto a la configuración monogámica, pero permitiéndose explorar con confianza y amor".
Gustavo, de 53 años, y Laura, de 48, son una pareja de profesionales con hijos y... poliamorosos. "Para nosotros se trata de una identidad y una filosofía de vida. Como dice Brigitte Vasallo en su libro Terror poliamoroso, es un desafío a la centralidad y exclusividad de la pareja y familia nuclear. Nosotros no sabíamos que existía esta posibilidad de vincularse, pero a partir de una crisis de pareja, hace unos cuatro años, empezamos a charlarlo y a leer sobre el tema y hace dos años decidimos practicarlo", cuentan sobre su búsqueda que, según dicen, es la de generar vínculos con compromiso afectivo y posibilidad para la sexualidad, pero no como precondición excluyente. "Es difícil de lograr porque la mayoría de las personas creen que las no monogamias suponen no compromiso, cuando en realidad es lo todo contrario", reflexiona Laura.
Panorama diverso: el estudio de Gleeden también proyecta un panorama relacional disruptivo: el 35% de los encuestados cree que el futuro traerá una mayor diversidad de modelos de pareja, mientras que solo el 16% piensa que la monogamia tradicional seguirá siendo la norma. Además, un 26% prevé un auge de la soltería y de los vínculos mediados por inteligencia artificial, detalla La Nación.
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