¿Será?

Aseguran que el repositor de un supermercado chino no puede ganar menos de un millón por mes

Un descendiente de chinos contó todo lo que pasa en su comunidad.

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Carlos Lin, descendiente de chinos, narra su sacrificada experiencia de haber crecido en Argentina. Con emotivos recuerdos de sus padres, quienes montaron uno de los primeros supermercados chinos en el país, Carlos reflexiona sobre la vida y las dificultades de su comunidad.

En una entrevista con Realidades, Carlos Lin se pregunta cuánto saben realmente los argentinos sobre la vida de los dueños de supermercados chinos fuera del horario laboral. Con franqueza, aborda todas las preguntas.

Recuerda con nostalgia cómo su madre eligió Argentina como su nuevo hogar gracias a un simple vaso de leche chocolatada, evocando su infancia entre góndolas y estantes. A pesar de los desafíos iniciales, Carlos logró adaptarse y encontrar su lugar en el país. Reflexiona sobre la vida cotidiana de su comunidad, cuestionando cuánto conocen los argentinos sobre sus costumbres: ¿qué comen?, ¿cómo piensan?, ¿tienen tiempo para el ocio?, ¿viven solo para trabajar?

Desmiente uno de los mayores mitos sobre los supermercados chinos, aclarando la verdad detrás del rumor de que apagan las heladeras de sus locales. Además, aborda las dificultades de ser chino en Argentina y revela por qué un repositor de supermercado no puede ganar menos de un millón de pesos por mes.

Carlos explica que el salario de un repositor en un supermercado chino es significativamente más alto de lo que muchos piensan. "Un repositor de un supermercado chino no puede ganar menos de un millón de pesos por mes", afirma. Este sueldo, que puede parecer elevado para algunos, refleja una estrategia económica diferente. En pocos años, los empleados ahorran lo suficiente para abrir su propio negocio, promoviendo una rápida movilidad económica dentro de su comunidad.

Finalmente, Carlos destaca el potencial del turismo chino en Argentina, mencionando el interés particular en destinos como la Antártida. "El turista chino ama el fin del mundo; solo el título 'fin del mundo' hace que muchos gasten 15 mil dólares en un viaje a la Antártida. Hay chinos con capacidad adquisitiva para gastar hasta 50 mil dólares en cada visita", asegura.

Este enfoque en el ahorro y la inversión rápida es, según Carlos, una forma distinta de ver la economía, una que permite a su comunidad prosperar en un país donde muchas veces enfrentan desafíos únicos./Infobae

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