Desbarataron una red de trata laboral, los tenían en un galpón lleno de pulgas
El duro relato de las personas que vivieron la dramática situación. Pensaban que nunca se iba a dar este tremendo rescate
Dramático relato de las víctimas de un comerciante chino: "Nos obligó a vivir en un galpón con pulgas". El acusado está procesado por "trata de personas con fines de explotación laboral", por someter a siete peruanos a largas jornadas de trabajo en condiciones deplorables de higiene y limpieza. Además los hacía dormir en el suelo y no podían bañarse.
El hecho se produjo hace más de 4 años en esa ciudad. Huang Kai es el acusado de capturar a un grupo de al menos 7 peruanos que "reclutó" y según la investigación, los mantuvo en condiciones casi infrahumanas.
La situación se descubrió en febrero de 2017, cuando el comerciante asiático, dueño del Argenchino en Punta Alta, se disponía a la construcción de un nuevo supermercado en Tucumán y Belgrano. Para tal fin "contrató" a las personas extranjeras, a las que supuestamente sometió a largas jornadas de trabajo y que hizo vivir en un galpón lindante de la construcción, sin ventilación (con temperaturas altas) y en condiciones deplorables de higiene y limpieza. Dormían en el suelo y no tenían posibilidad de aseo.
El caso llegó a la justicia, donde la causa judicial tuvo un camino sinuoso. En ese marco, la Cámara Federal de Casación Penal acaba de rechazar, por inadmisible, un recurso de su defensa para revocar la medida, dictada el año pasado por la Cámara Federal de Apelaciones de Bahía Blanca.
La Cámara bahiense revocó ese fallo y le ordenó pruebas suplementarias para seguir investigando, pero el juez de primera instancia llegó a la misma conclusión.
Al llegar nuevamente en apelación a la Cámara, en mayo del año pasado, los jueces Pablo Larriera y Leandro Picado volvieron a modificar esa posición y dispusieron el procesamiento, sin prisión preventiva, del supermercadista, medida que ahora se confirma en Casación Federal.
Aceptaron los argumentos de la fiscalía en cuanto a que la facultad de autodeterminación de las víctimas se vio restringida. Son personas oriundas de Perú -su núcleo familiar está en el país de origen-, sin estudios completos y que trabajaban en negro.
La "ausencia de estrés" que marcó la licenciada en psicología Analía Zelaya, tiene que ver con "el estilo de vida que llevaban" y se vincula "claramente a la naturalización de la condición de explotado de toda víctima del crimen de trata".
Comentarios