Descubren tumbas de "niños vampiro" en Polonia: los enterraron con piedras para evitar que resuciten

Recientemente, un hallazgo arqueológico en Chelm, Polonia, desató el interés tanto de historiadores como de antropólogos. Mientras se renovaba la valla de los jardines de un antiguo palacio episcopal, obreros encontraron los restos de dos niños que vivieron en el siglo XIII.

Este descubrimiento inquietante da a conocer las prácticas funerarias de una época en la que el miedo a los muertos reanimados cobró gran fuerza.

Restos que revelan creencias antiguas sobre vivos muertos

Uno de los cuerpos fue enterrado de manera peculiar: su cabeza estaba separada del cuerpo y el cráneo, colocado boca abajo. Además, se le habían colocado varias piedras pesadas sobre el torso. Según la arqueología, este tipo de entierro no es casual.

En el contexto del folclore del siglo XIII, los lugareños creían que estos métodos eran necesarios para evitar que los muertos volvieran a la vida como vampiros. Al enterrarlos de esta forma, se aseguraban de que no pudieran causar daño al "morder" el suelo.

Métodos de entierro para frenar el regreso de los vampiros

Pawel Wira, Conservador Provincial de Monumentos de Lublin, explica que "un entierro con la cara presionada contra el suelo, con la cabeza cortada o con piedras sobre el cuerpo son algunos de los métodos que se empleaban para evitar que una persona considerada una entidad demoníaca saliera de la tumba". Estas prácticas se extendían no solo en Polonia, sino que eran comunes en toda Europa del Este durante la Edad Media.

Un descubrimiento arqueológico en Polonia, revela restos de niños del siglo XIII, enterrados con métodos inusuales para prevenir su regreso como vampiros.

Un descubrimiento arqueológico en Polonia, revela restos de niños del siglo XIII, enterrados con métodos inusuales para prevenir su regreso como vampiros.

Elementos y rituales para identificar a los cadáveres de vampiros

La situación se vuelve más intrigante al considerar que los clérigos del antiguo palacio episcopal, ahora parte de la Basílica de la Natividad de la Santísima Virgen María, habían clavado dos postes en la tumba, orientados hacia el este y el oeste. Esto sugiere que eran conscientes de la necesidad de identificar el lugar del entierro y de detectar cualquier posible "reanimación".