Diplomáticos rusos se negaron a un test de alcoholemia: Rusia denuncia "grave violación al derecho internacional"
Un insólito episodio sacudió la tranquilidad navideña en el barrio porteño de Recoleta.
Sergei Baldin y Timur Salomatin Cardmath, dos diplomáticos rusos, se negaron a someterse a un control de alcoholemia durante un operativo vial, amparándose en su inmunidad diplomática según la Convención de Viena.
El incidente ocurrió esta mañana cuando agentes de tránsito detuvieron un Volkswagen Vento con chapa diplomática conducido por Baldin, quien se atrincheró dentro del vehículo durante casi una hora. Las autoridades porteñas escoltaron el automóvil hasta la Embajada de Rusia, ubicada en el barrio de Recoleta, donde los diplomáticos quedaron bajo resguardo.
El hecho desató un enfrentamiento de interpretaciones legales. Mientras que la Policía de la Ciudad invocó el artículo 41 de la Convención de Viena, que obliga a los diplomáticos a respetar las leyes locales, la embajada rusa sostuvo que el artículo 29 garantiza la inviolabilidad de sus agentes, evitando su arresto o detención.
Desde la sede diplomática rusa calificaron el operativo como "una grave violación del derecho internacional", argumentando que los vehículos diplomáticos no pueden ser objeto de "ninguna parada ni registro". Sin embargo, expertos legales señalaron que existen excepciones en casos donde las acciones no estén relacionadas con las funciones oficiales del diplomático.
¿Quiénes son los protagonistas?
Sergei Baldin, de 38 años, trabaja como representante de la Embajada de Rusia en Argentina y cuenta con una Clave de Identificación (CDI) local. Antes de su llegada a Buenos Aires, desempeñó funciones comerciales en Cuba y estuvo vinculado a actividades culturales en Rusia. Por su parte, Timur Salomatin Cardmath es codirector de la Casa de Rusia en la ciudad.
Reacciones cruzadas
El comunicado de la embajada rusa no solo defendió la postura de los diplomáticos, sino que también resaltó las tensiones previas con el gobierno argentino por un ataque a la embajada en Kiev. En ese contexto, Rusia acusó a Ucrania y criticó los "dichos apresurados" de la Cancillería argentina, lo que evidencia un vínculo diplomático con puntos sensibles.
Mientras tanto, desde el Ministerio de Seguridad y la Cancillería aseguraron que se respetaron las normativas internacionales. El operativo fue supervisado por el Departamento de Seguridad Diplomática de la Policía Federal, encargado de garantizar el cumplimiento de las leyes sin vulnerar la inmunidad de los diplomáticos.
El caso abre un debate sobre los límites de la inmunidad diplomática y la aplicación de controles viales, dejando una incógnita sobre los próximos pasos en este conflicto que involucra cuestiones legales y relaciones bilaterales delicadas.
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