El ruso hincha de Nueva Chicago ayudó a los diplomáticos atrincherados

En medio del operativo en el que Sergei Baldin y Cardmath Solomatin, representantes de la embajada rusa, se negaron a realizar un control de alcoholemia, un compatriota vestido con la camiseta de Nueva Chicago apareció para intentar mediar, con resultados poco efectivos. 

 El incidente ocurrió en el cruce de Avenida Libertador y Avenida Callao. Mientras los diplomáticos discutían con las autoridades locales y se atrincheraban en su vehículo, el ciudadano ruso apareció con la camiseta del club de Mataderos y llamó la atención de todos los presentes, incluidos periodistas y curiosos que seguían la escena.

El hombre, que intentó ayudar a sus compatriotas, declaró a los medios en un peculiar español: "Ellos dicen que soy no ruso. Dicen que soy un traidor". Su intención de mediar no prosperó, y su presencia generó más preguntas que respuestas. Consultado por la razón de su peculiar vestimenta, explicó: "Es para mi amigo que es hincha de Nueva Chicago. Yo visité Mataderos".

El curioso episodio no tardó en viralizarse en redes sociales, donde usuarios destacaron el contraste entre la camiseta argentina y el conflicto diplomático. Incluso, el club Nueva Chicago aprovechó el momento publicando un mensaje en tono humorístico: "¡Qué aburrido ser hincha de un club normal! Yo soy de Chicago y me gusta el vodka", acompañando el texto con el video del incidente.

Mientras tanto, la embajada rusa reiteró su postura calificando el control de alcoholemia como una "grave violación del derecho internacional". Según señalaron, el operativo infringió la Convención de Viena al detener un vehículo diplomático y pedir documentación a sus ocupantes, quienes gozan de inmunidad.

Por su parte, desde el Ministerio de Seguridad y la Cancillería aseguraron que se respetaron las normativas internacionales, trasladando el caso al Departamento de Seguridad Diplomática de la Policía Federal.

El inesperado hincha ruso de Nueva Chicago se convirtió en una nota de color en un conflicto que sigue despertando debates sobre inmunidad diplomática y respeto a las leyes locales. Sin dudas, un episodio que pasará a formar parte de las anécdotas más curiosas de la Navidad porteña.