Dolor absoluto

Habló la familia del joven que murió por la viruela del mono: "Empezó con..."

El muchacho tenía 28 años y había viajado a México. Santiago llevaba un mes y medio internado en el Hospital General de Playa del Carmen.

QPJ SOCIEDAD

"Si estás vivo, sueñas; si sueñas, vuelas". Esta frase acompañaba a Santiago Molina, un joven oriundo de Córdoba que perdió la vida en México a causa de la viruela del mono. Santiago había decidido mudarse a Playa del Carmen hace un año, impulsado por el deseo de un cambio y una nueva vida.

"Estaba feliz allá. Se fue buscando un nuevo comienzo. Le encantaba vivir en Playa del Carmen. Estamos devastados", expresó Eugenia Follin, su tía, en diálogo con TN.

Con tan solo 28 años, Santiago llevaba un mes y medio internado en el Hospital General de Playa del Carmen, donde llegó presentando los primeros signos de la enfermedad: las características ampollas en el rostro, manos y zona pélvica fueron las primeras señales.

"Empezó con unos pequeños granos, como si fueran picaduras de mosquito. Luego tuvo fiebre alta por varios días. Se descompensaba y esas marcas se llenaban de líquido, que luego se rompían", relató su tía.

Horas después de su ingreso al hospital, los médicos confirmaron el diagnóstico: Santiago había contraído viruela sísmica, también conocida como viruela del mono, una enfermedad que se originó décadas atrás en la República Democrática del Congo.

Desde entonces, la familia de Santiago se debatió entre la angustia y la incertidumbre. La elevada carga viral de la enfermedad y la distancia de más de 6.000 kilómetros entre el hospital en México y su hogar en La Calera, Córdoba, complicaron aún más la situación.

Rocío, una de sus hermanas, vive en Chihuahua, en el norte de México. Al enterarse de la situación de Santiago, dejó su trabajo y tomó un vuelo a Playa del Carmen. Sin embargo, al llegar, se encontró con la negativa del hospital a permitirle visitas, por el riesgo de contagio.

"Santiago no podía recibir visitas. Al principio, mi sobrina iba al hospital para recibir noticias, pero no mucho más. Él sabía que tenía a alguien cerca y que en el hospital informaban a su familia sobre su estado", comentó Eugenia.

La viruela afectó el sistema respiratorio de Santiago, quien necesitó utilizar una mascarilla de oxígeno de manera constante. Incluso después de que las ampollas desaparecieron y la carga viral disminuyó, permaneció en una sala de cuidados intermedios.

Con la ayuda de donaciones para cubrir los costos de tomografías y otros estudios médicos, la familia mantuvo la esperanza de que Santiago se recuperara. "Hubo una mejoría y pensamos que lo peor ya había pasado", añadió su tía.

No obstante, al ser un paciente con comorbilidades, su condición se agravó con el tiempo. Santiago sufrió una fisura en el pulmón izquierdo, lo que llevó a un deterioro progresivo de su salud. "El jueves pasado, mi sobrina nos contó que Santiago estaba muy mal del pulmón. Tuvo un episodio de broncoaspiración y lo trasladaron a terapia intensiva", explicó Eugenia.

Santiago fue intubado y, finalmente, el domingo 1 de septiembre, a las 20 horas, sufrió un paro cardiorrespiratorio que le causó la muerte. "La fisura en el pulmón, originada por la viruela, fue muy severa y provocó su fallecimiento", precisó su tía.

Aunque no se ha podido determinar cómo se contagió, se cree que pudo haber contraído el virus al compartir un vaso con una persona infectada. "Él comentó que estuvo en una reunión y que bebió de un vaso, pero no estaba seguro si el contagio ocurrió ahí", concluyó Eugenia.

Ante la imposibilidad de cubrir los costos de repatriación del cuerpo, la familia ha decidido incinerar los restos de Santiago en México y traer sus cenizas a Argentina en cuanto sea posible.


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