Lo condenaron a perpetua, pasó más de 20 años en cárcel y era inocente
La familia del hombre que fue preso siempre supo que se trataba de un "perejil". La Justicia "necesitaba" encontrar al responsable por un homicidio
Fue condenado a perpetua por violar y asesinar a una joven: 23 años después se comprobó que era inocente. Angie Dodge tenía 18 años cuando un hombre irrumpió en su departamento, abusó de ella y la mató. La presión por encontrar al responsable hizo que se culpara a un hombre casi sin pruebas. La mamá de la chica luchó incansablemente por encontrar la verdad.
Angie Dodge tenía 18 años, y era la menor de cuatro hermanos. A pocas semanas de haberse ido a vivir sola fue víctima de violación y de un sangriento homicidio, que sacudió la tranquilidad del pueblo Idaho Falls, en Estados Unidos . Por el caso, en ese entones un joven fue sentenciado a cadena perpetua. Sin embargo la sentencia no dejó tranquila a Carol Dodge, mamá de la joven asesinada, a quien su instinto le decía que el condenado no era el autor del crimen de su hija.
Venintitrés años le llevó investigar meticulosa e incansablemente el caso hast que finalmente dio con el verdadero asesino de su hija, quien se espera que este año sea juzgado y condenado.
Todo comenzó el jueves 13 de junio de 1996 cuando Carol llamó al negocio de belleza y cosmética donde trabajaba Angie, y recibió la peor noticia de su vida. Un compañero de trabajo le pidió que esperara en la línea y la transfirió con la gerente de recursos humanos quien fue la encargada de decirle que su hija había sido encontrada muerta esa mañana.
Es que esa mañana, la ausencia de Angie en el trabajo llamó la atención de sus compañeras de trabajo quienes una y otra vez intentaron contactarla por teléfono, el que nadie atendía. Así fue que Julia y Twani, decidieron acercarse su nueva casa para ir a ver su estaba bien. Llegaron a la calle "I", número 444, en Idaho Falls, cerca de las 11 de la mañana.
El edificio de dos plantas tenía un frente de madera descolorida. Subieron por la escalera hasta el primer piso. Tocaron timbre y esperaron un par de minutos. Como no hubo respuesta, golpearon con fuerza la puerta. Pero no había respuesta. Decidieron ingresar. Temerosas se movieron por el pasillo hacia el living del departamento. No había rastros de Angie. Siguieron hacia su dormitorio donde encontraron el cadáver de Angie tirado en el piso, al lado de un colchón y cubierto con una sábana llena de sangre. Su cabeza parecía apoyada contra la pared y, debajo de ella, la alfombra estaba ensopada de rojo.
Los peritos recogieron las sábanas y la ropa para mandarla a analizar. Había mucho ADN del asesino. Ese material resultaría crucial para atrapar al culpable años después, cuando los avances tecnológicos fueran un hecho ineludible, informó Crónica.
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