¿Sabías esto? NO hay que mirar a los ojos al diablo de carnaval

El carnaval en Jujuy es un evento lleno de tradición y misterio, donde el verdadero diablo guarda celosamente su identidad, sumergiéndose en su papel desde que se une a su comparsa hasta que se retira. Es una práctica arraigada en el norte de Jujuy que pocos conocen, donde el diablo auténtico nunca revela su nombre real, manteniendo su careta y cabezal en todo momento para ocultar su identidad y liberar la alegría del carnaval.

Este auténtico diablo comprende su papel como alma de la comparsa y se entrega al baile de manera incansable. Comunica con un habla peculiar, proveniente de un duende escondido en su garganta, que destierra todas las penas al olvido. Durante el desentierro, el diablo realiza rituales de respeto hacia la Pachamama, ofreciendo vino, cerveza y chicha, mientras reza en señal de compromiso. Es vital que el diablo mantenga su anonimato; embriagarse y dormirse conlleva a perder el compromiso con la Pachamama y enfrentar un castigo.

El maestro Fortunato Ramos enfatiza la importancia de comprender estas tradiciones para explicarlas a los turistas, que a menudo llegan sin entender el verdadero significado del carnaval jujeño. Para los jujeños, es un deber transmitir el contenido y la profundidad de estas prácticas, que se basan en las enseñanzas y reglas transmitidas por generaciones.

La costumbre del disfraz en el carnaval jujeño representa un compromiso tanto con la Pachamama como con la comunidad, donde cada participante asume el papel de representar a la tierra y a su cultura ancestral. Es una tradición que resalta la conexión entre el individuo, la naturaleza y la comunidad, celebrada con alegría y respeto en las festividades del carnaval.