Entrevista

Mara Gómez, la primera futbolista trans profesional de Argentina

Asegura que el "flechazo del fútbol la sacó de la tristeza". Pero el camino no es fácil y todavía falta mucho

QPJ SOCIEDAD

La primera jugadora trans profesional de Argentina: del "flechazo del fútbol que me sacó de la tristeza", a su valentía "para convertir los ‘no' en ‘sí'".

Se llama Mara Gómez, tiene 27 años y es delantera de Estudiantes de La Plata y la primera jugadora transgénero de la Primera División Femenina. Invitada a celebrar la diversidad en la fiesta +GENTE, recorrió su conmovedora historia de resiliencia.

"A mí el fútbol me ayudó en una etapa de transición muy difícil de mi existencia: la adolescencia. Me ayudó en un momento en el que vivía sufriendo por la discriminación y la exclusión, en el que lloraba todos los días cuando llegaba a mi casa desde el colegio, sin ganas de volver ni de salir. La situación llevaba a mis pensamientos hacia una zona oscura. Temía terminar siendo una chica trans prostituyéndose en la calle, sin otras oportunidades laborales; una persona discriminada, violentada y en muchos casos asesinada. O, en el mejor de los casos, me daba miedo no llegar a lograr las cosas básicas de cualquier ser humano, como terminar el secundario, tener un trabajo, una carrera. Lo admito: pensaba que el suicidio acabaría con ese dolor. Hasta que conocí el fútbol y mi adolescencia cambió", dice en un monólogo que no merece pausa Mara Stefanía Gómez, la primera jugadora trans profesional de Argentina, sin obviar detalles y abriendo la puerta a las preguntas:

"No me sentía referente, porque lo único que hacía era jugar al fútbol, pero dspués de debutar como profesional, la niñez y adolescencia trans, e incluso sus padres, empezaron a escribirme y llamarme, comentándome que se inspiraron en mi historia. Entonces comprendí que era una pionera dentro del deporte y la comunidad LGBTIQ+. Y sentí una responsabilidad." -¿Cómo fue ese enamoramiento con el fútbol?

-Bueno, en principio te puedo asegurar que cuando empecé a practicarlo sentí que era como hacer terapia. Un espacio en el que volcaba todo lo que recién te conté. Un medio de contención en el que comenzaba a enfrentar, a cuestionar aquellos miedos. Fue el principio de una fuerte lucha en la que pude darle respuesta a aquellas preguntas que me inquietaban de adolescente. Hoy, a la distancia, siento que pude vencer esos miedos: soy deportista profesional, enfermera en un hospital pediátrico, tengo pareja, familia, mi independencia ¡y acá me encuentro, invitada a la fiesta +GENTE que celebra la diversidad y al colectivo LGBTIQ+...! Digamos que lo mío con el fútbol, sí, fue un flechazo al corazón que me sacó de la tristeza.

Su primer gol con Estudiantes de La Plata: lleva seis. "Luego de sufrirlo, llorar y gritarme, mi mamá me comprendió, me acepto y me acompaño en el proceso"

Entonces cuenta que su mamá Carolina (ama de casa, separada) no se enteró de su sexualidad trans precisamente porque la platense de 27 años se la hubiese confesado. "Cada vez que yo salía de casa con ella lo hacía como varón, con ropa ancha, aunque debajo llevaba un chupín y una remera al cuerpo -hace memoria-. Cuando llegaba a lo de mis amigas, me maquillaban, me hacían alguna colita con mi pelo corto. A mis 13 años, en un cumpleaños me di un beso con un chico, sacaron una foto y le llegó a mi madre. A partir de ahí no le pude negar ni ocultar lo evidente. Al principio no podía creer ni entender que su hijo varón quisiera ser mujer. Lo sufría, lloraba, me gritaba. Un trauma relacionado a la creencia cultural, al desconocimiento... Luego lo comprendió, lo aceptó y me acompañó para siempre. Eso me ayudó a desafiar aquel destino que me asustaba", intuye la morena nacida el 7 de marzo de 1997.

-¿Cuáles fueron los mayores desafíos y apoyos que enfrentó hasta llegar a este punto de su carrera?

-¿Desafíos a lo largo del tiempo? Obviamente los "no" que recibía por ser una chica trans: "No podés participar", "No tenés documento", "No te dejamos entrar". ¿Apoyo? En especial a partir de mi decisión de ser futbolista: de mi familia, mis amistades, de instituciones como la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires, de Lorena Berdula, la primera directora técnica mujer de nuestro país. Luego, vicisitudes de esta carrera debido a mi condición, como someterme a las recomendaciones del Comité Olímpico Internacional de contra-hormonarme. Esos también son costos que debí enfrentar, pagando con mi cuerpo y mis emociones. Pero bueno, son las exigencias actuales para poder competir de manera profesional siendo trans.

Abanderada de la inclusión a través de la campaña global #Hacealgonuevo, que protagonizó junto a Nike, marca de la que es atleta como representante del colectivo. -¿Cuándo tomó noción de iba a ser la primera futbolista transgénero del fútbol argentino?

-Apenas terminó el partido que daría lugar a una fecha que significó un antes y un después en mi vida y mi carrera: lunes 7 de diciembre de 2020, cuando debuté como futbolista profesional en Villa San Carlos. Eran épocas de Covid-19, pandemia y aislamiento. Yo sólo quería jugar, pero todos estábamos obligados a no salir, a no entrenar a no jugar. Hasta que se habilitaron las canchas sin hinchada. Apenas, como te digo, terminó el partido, vi una tribuna llena de cámaras y de medios tanto nacionales como internacionales, y me di cuenta de lo importante que era para nuestra comunidad LGBTIQ+, para la sociedad y para ¡el mundo! lo que acababa de ocurrir.

-Resaltó la palabra "mundo"...

-Porque hay países en los que todavía se criminaliza la libertad sexual y no permiten un montón de cuestiones relacionadas con el colectivo. Entendí lo importante de visibilizar eso. Y también de todo lo que tuve que sufrir, pasar y transitar para acceder a ese día. Me cayó otra ficha, además: sentí la obligación de poner el cuerpo y la voz para transmitir un mensaje que ayude a que la niñez y la adolescencia travesti no tenga que sufrir lo que yo. Pero nunca la lucha es en soledad...

En la Asociación del Fútbol Argentino junto a su presidente, Claudio "Chiqui" Tapia, y Lorena Berdula, la primera DT mujer de nuestro país y quien fuera representante de Mara. -¿No?

-El apoyo que recibí de mis compañeras y en los equipos en los que he participado siempre fue fundamental. No hubiera podido jugar en un club y en un equipo si no te quieren. Siempre me han apoyado, abrazado y respetado. Propios y también rivales, que se han sumado a la lucha y a la causa.

-Su caso es histórico en el fútbol argentino. ¿Se siente un referente?

-No me sentía referente, porque lo único que hacía era jugar al fútbol, pero esa niñez y adolescencia trans, e incluso sus padres empezaron a escribirme y llamarme, comentándome que se inspiraron en mi historia, comprendí que era una pionera dentro del deporte y la comunidad LGBTIQ+. Y sentí una responsabilidad. Pronto decidí que cada vez que expondría mi caso en los medios de comunicación iba a ser con el objetivo de transmitir un mensaje que ayude a cambiar ese pensamiento machista discriminador y excluyente. Debía ayudar a lograr una mayor inclusión y a que sea menos doloroso para la comunidad LGBTIQ+ salir del armario. Como futbolista transgénero ahora siento la responsabilidad de transmitir un mensaje de respeto y educación que colabore con la causa.

Cuando se recibió de enfermera profesional. "Quiero ayudar a lograr una inclusión real, no sólo respecto al colectivo LGBTIQ+, sino a cualquier deportista mujer"

"Hoy mi vida social se compone de mi familia, de los afectos y las amistades que cultivé, de mi pareja desde hace tres años (Nicolás, 39, policía, con quien convive en ciudad de La Plata), de mis dos perritos, Coco y Fredy, y de mis compañeras del trabajo y del deporte", resume su actualidad Mara Gómez a Revista GENTE, al tiempo que nos promete fotos personales (las enviará puntualmente y en forma al WhatsApp y al mail del periodista), que nos permitan redondear con imágenes sus dichos y las historias que viene recorriendo desde que inició este reportaje..., que así continúa:

-¿Cómo maneja la presión y las expectativas que conlleva ser una figura pública en el deporte y en la comunidad LGBTIQ+?

-Bueno, la verdad es que no manejo una presión ni ninguna expectativa. Lo único que yo quiero es normalizar que alguien pueda ser una futbolista trans. Las veces que me expongo en los medios es para ponerle voz a las personas que no que no pueden decir lo que yo sentí y me tocó experimentar, con el fin de ayudar a replantear en los adultos aquellos pensamientos que puedan herir a la niñez y adolescencia trans. También...

Hoy forma parte de la delantera de Estudiantes de La Plata, ciudad donde nació. -¿También?

-Desde mi lugar puedo ayudar señalando medidas que pueden colaborar para lograr una inclusión real, no sólo respecto al colectivo LGBTIQ+, sino a cualquier deportista mujer, a partir de igualdad, de una mejora en las condiciones de preparación y competencia; respecto a sueldos que permitan no necesitar recurrir a otros dos trabajos, a los espacios físicos donde entrenar, la estructura, a los planes de alimentación accesibles para todas... A veces acá se escucha que el fútbol femenino no vende ni tiene nivel, pero ¿cómo puede ser que el Barcelona reúna cien mil espectadores en el Camp Nou, con partidos transmitidos en vivo? En Argentina se necesita una inversión, un interés real de las instituciones deportivas para que el fútbol femenino pueda contar con las competencias que anhela.

-¿Qué consejos le acercarías a otras personas trans que sueñan con seguir una carrera en el fútbol profesional?

-Le diría lo mismo que a cualquier persona: que no tenga dudas ni miedo en dedicarse al fútbol profesional, otro deporte o cualquier carrera o espacio de su vida. Que no deje de intentarlo. Que espante los prejuicios. Y en el caso puntual del colectivo, que en lugar de no animarse por ser trans, lo hagan justamente por ser trans, para desafiarse. Los famosos "no" sobre los que te hablé recién ya forman parte de nuestra vida. Vayamos por los "sí". Ser futbolista "no" es fácil, ser deportista "no" es fácil, estudiar una carrera "no" es fácil... Vayamos a tratar de lograrlo. La vida es corta. Enfrentemos a un "no" con un "sí". A mí me resultó, detalla Gente.

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