Se agarró con el duende en el ingenio y casi no la cuenta: "Chato y oscuro"

 Un joven trabajador, cuyo nombre se mantiene en reserva por razones de privacidad, vivió una experiencia que desafía toda explicación lógica y despertó el temor entre sus compañeros de trabajo. El hecho ocurrió el 31 de agosto.

En una noche que parecía ser como cualquier otra en la finca azucarera de Tucumá, el joven operaba un tractor en la recolección de caña. Cerca de él, un compañero conducía un camión, cuando de repente, algo inimaginable ocurrió. Según el relato del afectado, una figura oscura y sin forma definida apareció de la nada. El joven decidió bajar del tractor para orinar, y observó cómo esa entidad caía desde arriba hacia el suelo y tomaba la forma de una persona.

Cuando intentó regresar al tractor, sintió un ataque invisible. Fue arrastrado violentamente varios metros desde el vehículo, quedando inconsciente y boca abajo en el suelo. Su compañero, al no verlo en su lugar habitual, detuvo el camión y acudió en su ayuda, encontrándolo en ese estado.

Tras recuperar la consciencia, el joven, visiblemente alterado y tembloroso, narró a su compañero lo sucedido. Describió cómo algo invisible lo había atacado, golpeado y arrastrado con una fuerza inhumana. Mostraba signos de dolor en el cuerpo y, al levantarse la ropa, encontró marcas inexplicables que evidenciaban el violento encuentro.

"Era algo chato y oscuro que tomó la forma de una persona", relató el joven.

La fotografía de las marcas en su cuerpo añade un elemento perturbador al relato, generando más preguntas que respuestas. Los demás trabajadores, al preguntarle qué había visto, solo obtenían lágrimas de impotencia como respuesta.

Este hecho dejó una profunda impresión en todos los que trabajan en la finca. La naturaleza inexplicable del ataque generó temor y cautela entre los trabajadores, quienes ahora se enfrentan a sus labores diarias con una mezcla de inquietud y curiosidad.

Algunos aseguran que la pelea se produjo contra el duende que siempre acecha en las fincas, otros aseguran que sería el ucumar, otros el familiar, y muchas otras aseguran que el joven tiene ahora la "marca de la zafra".