Se fue del país a cumplir su sueño: la nueva vida de la novia de Fernando Báez Sosa

El 18 de enero de 2020, la vida de Julieta Rossi cambió de manera irreversible. Ese día, su pareja, Fernando Báez Sosa, fue brutalmente asesinado a la salida del boliche Le Brique en Villa Gesell, víctima de un ataque feroz por parte de un grupo de rugbiers. Ese episodio no solo le arrebato a su ser querido, sino que también dejó en Julieta un vacío profundo, un dolor que, con el tiempo, supo transformar y canalizar a través de su pasión por la danza.

Hoy, a sus 23 años, Julieta ha encontrado en el baile una manera de seguir adelante, un camino de superación personal que la conecta con su esencia y sus sueños más profundos. Tras atravesar el inmenso sufrimiento de la pérdida de Fernando, decidió dedicar su vida al arte que siempre la había apasionado: la danza. "Estoy cumpliendo uno de mis sueños desde que soy pequeña y miraba con admiración a cada uno de los bailarines que pasaban por este salón", compartió en su cuenta de Instagram, refiriéndose a su reciente perfeccionamiento en Los Ángeles, un destino clave para cualquier bailarín.

El viaje a la ciudad de la danza, conocida mundialmente por ser un centro de referencia en el mundo del baile, representó un hito significativo para Julieta. En Los Ángeles, la joven pudo aprender de coreógrafos de renombre y evolucionar como artista, mientras compartía su progreso con sus seguidores. Cada publicación de Julieta refleja su crecimiento profesional y, sobre todo, su agradecimiento por las oportunidades que le han permitido sanar a través de su pasión.

La joven, que se especializa en reggaetón, un estilo que le permite fusionar energía, pasión y creatividad, también ha explorado otras disciplinas como el pole dance. En sus videos, Julieta despliega su talento y su versatilidad, mostrándose como una artista completa, capaz de dominar diversos estilos de danza. Uno de sus momentos más emblemáticos la muestra bailando con un body negro de manga larga, medias translúcidas y botas de taco aguja, demostrando su capacidad para capturar la atención de su audiencia con cada movimiento.

El talento y la perseverancia de Julieta no pasaron desapercibidos. Ha trabajado como bailarina junto a artistas reconocidos como Ecko, Connie Isla, Yas Gagliardi, Aitana y Flor Vigna. Sus participaciones en videoclips y presentaciones en vivo destacan su capacidad para brillar tanto en el ámbito nacional como internacional.

A través de las redes sociales, Julieta comparte fragmentos de sus coreografías, avances en su proceso creativo y, sobre todo, un mensaje de resiliencia. "El baile es mi forma de sanar", ha expresado en varias ocasiones, dejando claro que, a pesar de la tragedia que marcó su vida, ha encontrado en la danza una razón para seguir adelante.