Sus hijos lo abandonaron y ahora vive en la Terminal: el drama de abuelo
Roberto Arévalos tiene parálisis y una triste historia. Varios policías se emocionaron.
Una conmovedora historia se desarrolla en la Terminal de Ómnibus de Salta, donde la desafortunada realidad de las personas sin hogar se manifiesta con fuerza. Roberto Arévalos, de 66 años, se encuentra desde el jueves pasado ocupando un espacio en la Plataforma 24 de la terminal, intentando descansar en su silla de ruedas que lo ha acompañado durante 26 años.
Con visible conmoción, Roberto relató que llegó desde Santiago del Estero, donde dependía de la caridad de una iglesia, en busca de ayuda de sus tres hijos, todos con importantes roles en las fuerzas provinciales y nacionales. Sin embargo, desde su llegada, ninguno de ellos se ha mostrado dispuesto a ayudarlo.
"Tengo un hijo comisario, una hija en gendarmería y otro hijo que es piloto del avión de gendarmería, comandante principal. Ninguno me ayuda, todos están con el nuevo esposo de mi señora. Me quitaron mi casa, la casa donde soy propietario, para que ella viva con el nuevo marido allí. Que ellos sean felices, pero que me ayuden a encontrar un poco de felicidad para mí", expresó Roberto.
A pesar de encontrarse en una situación de calle, Roberto mencionó que en Santiago del Estero recibía ayuda en la Iglesia Santa Rosa de Lima, donde le proporcionaban cama y comida. Tras recibir un ingreso, decidió viajar a Salta con la intención de vender su departamento en la calle San Juan para subsistir.
El hombre, postrado en una silla de ruedas, describió su cruda realidad: "Duermo en la silla de ruedas, pero no es dormir. Les pido a mis hijos que quiero verlos, abrazarlos un ratito más. Yo me entrego, ya estoy entregado. El policía me ofreció lavarme la ropa para que me cambie. Hay gente muy buena en Salta".
Finalmente, Roberto fue trasladado por efectivos de la comisaría 9°, ubicada cerca de la terminal, quienes se comprometieron a buscar una solución a esta dolorosa situación.
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