De terror

El calvario que vivió una mujer que trabajaba con Yao Cabrera: "Cosas aberrantes"

Giovanna De Mitole narra las atrocidades sufridas mientras trabajaba para el youtuber, quien fue condenado a 4 años de prisión.

QPJ Zapping

Giovanna De Mitole, joven de 26 años, compartió su desgarradora experiencia de abuso y explotación laboral cuando trabajó con el youtuber Yao Cabrera, quien fue recientemente detenido en Córdoba tras ser condenado a cuatro años de prisión por el delito de reducción a la servidumbre. Durante su relato, De Mitole revivió las múltiples situaciones de abuso físico y psicológico que padeció en 2019, cuando fue contratada como editora de videos por Cabrera y vivió en su casa en el country San Marcos de Escobar.

Giovanna relató que su trabajo comenzó como una oportunidad laboral que parecía prometedora. A los 23 años, tras enfrentar un problema familiar y quedar sin hogar, vio en la oferta de trabajo como editora de videos para Yao Cabrera una solución a su difícil situación. Sin embargo, lo que inicialmente parecía un sueño se convirtió rápidamente en un calvario. Durante los casi dos meses que trabajó en su organización de influencers, VIRAL/WIFI TEAM, la joven fue sometida a condiciones de trabajo precarias, abusos constantes y un control total sobre su vida.

Entre las prácticas más crueles que describió Giovanna, se encuentran la constante manipulación psicológica para que no abandonara el trabajo, a pesar de las condiciones inhumanas. "Si vos te vas de acá, te quedás en la calle", era una de las frases que Yao Cabrera le repetía para retenerla en la casa. Además, la joven contó que su salario de 20 mil pesos semanales estaba constantemente recortado debido a multas por infracciones absurdas, como comer comida ajena, hablar con otras personas sobre lo que sucedía en la casa o incluso dejar un vaso sucio.

Giovanna también reveló el abuso físico al que fue sometida, describiendo cómo fue obligada a tomar grandes cantidades de café para mantenerse despierta durante largas jornadas laborales. En una ocasión, tras trabajar toda la noche, sufrió un episodio de epilepsia. La joven también relató haber sido objeto de humillaciones y tareas domésticas degradantes, como limpiar preservativos usados o meter la mano en el inodoro para destaparlo. Según ella, esas acciones formaban parte de un "derecho de piso" que debía cumplir para evitar ser expulsada.

La víctima describió cómo el grupo de trabajadores se dividía en dos clases sociales dentro de la casa. En la "Casa A" vivía Yao Cabrera con su familia y su novia, mientras que en la "Casa B" se alojaban los empleados, quienes eran constantemente vigilados y controlados. "Nos daban dos galletitas de agua para desayunar y solamente podíamos agarrar dos cucharitas de chocolate", relató.

En cuanto a su situación emocional, Giovanna detalló cómo Yao la forzó a participar en actividades que la hacían sentir vulnerable, como fingir ser la novia de su socio, Nathan Castro, en videos. En una ocasión, mientras grababan un video en un río, ella casi se ahoga porque no sabía nadar, y Cabrera no la ayudó. Tras ese episodio, De Mitole comenzó a cuestionarse profundamente su situación y su seguridad.

Tras denunciar a Yao Cabrera a principios de 2020, Giovanna explicó cómo sufrió el acoso constante por parte de sus empleadores, quienes la amenazaron y la vigilaban estrechamente. Temía por su seguridad, e incluso consideró abandonar la denuncia por miedo a represalias. Durante este período, buscó refugio en centros de ayuda para mujeres víctimas de violencia de género y comenzó un proceso de contención psicológica.

"Lo que espero es que se extienda la condena, que nadie más pase por lo mismo que pasé yo", expresó Giovanna, quien, a pesar de los traumas vividos, se siente aliviada por la condena que ahora enfrenta Yao Cabrera. La joven destacó que su denuncia no solo fue por ella, sino también por todas las personas que, como ella, fueron víctimas de abusos en el entorno del youtuber.

Con su testimonio, Giovanna busca visibilizar una realidad oculta de explotación laboral y abuso, además de enviar un mensaje claro a las víctimas: "Es importante hablar, no dejarse callar".

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