Reapareció el hijo de Rodrigo y contó porqué Betty Olave no lo habla
Heredó una fortuna muy grande.
El hijo del icónico cantante de cuarteto Rodrigo Bueno, Ramiro Bueno, se enfrenta a la vida con el peso de una herencia tumultuosa y la sombra de una figura paterna que marcó la música argentina. A sus 26 años, Ramiro busca trazar su propio camino en la industria musical, alejándose del cuarteto para adentrarse en el mundo del rap.
La vida de Ramiro está entrelazada con la tragedia desde su infancia. A la tierna edad de tres años, perdió a su padre, Rodrigo Bueno, en un trágico accidente automovilístico. A bordo de la camioneta siniestrada también se encontraba Fernando Olmedo, hijo del reconocido comediante Negro Olmedo. Rodrigo y Fernando perdieron la vida, mientras que Ramiro y su madre, Patricia Pacheco, milagrosamente sobrevivieron.
A pesar de las circunstancias difíciles, Ramiro ha aprendido a convivir con el legado de su padre y a encontrar fuerza en el amor y el cariño que la gente le profesa. "No tener a mi padre presente es un dolor muy grande, pero la gente me lo recuerda con mucho amor, con mucho cariño", compartió el joven músico.
Con sus 26 años, Ramiro ha decidido seguir los pasos de su padre en el mundo de la música, pero explorando nuevos géneros. Aunque estudió periodismo deportivo, su pasión lo llevó al rap, un estilo que le permite expresarse y dejar su propia huella en la industria musical.
La sombra del pasado también se proyecta en los desafíos personales que Ramiro ha enfrentado. Desde la infancia, sufrió bullying, no por ser el hijo de Rodrigo, sino por su apariencia física y su gusto por la cultura japonesa. Estas experiencias lo llevaron a adoptar una personalidad alternativa en la adolescencia para superar las adversidades.
La relación con su abuela, Betty Olave, madre de Rodrigo, ha sido más distante. Aunque Ramiro la respeta y la quiere, el vínculo no ha sido fluido, y no puede explicar completamente las razones detrás de esa distancia.
En cuanto a su presente, Ramiro enfrenta dos adicciones: una relacionada con la electrónica y otra más grave vinculada al tabaco. Su lucha contra la depresión y la superación de estas adicciones son testimonios recientes de su valentía y determinación.
Ramiro Bueno no solo busca hacer su propio camino en la música, sino también enviar un mensaje de aliento a las nuevas generaciones. Como joven soñador, insta a los demás a pelear por sus sueños, a luchar por la vida y a forjar un camino propio. A través de sus experiencias y desafíos personales, Ramiro espera inspirar a otros a superar las adversidades y encontrar la felicidad en la búsqueda de sus pasiones. Su historia, marcada por la tragedia y la resiliencia, es un recordatorio de que cada individuo tiene el poder de escribir su propia narrativa, independientemente de la sombra de un legado complicado.
No sean . . . Ese título mentiroso
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