"Enzo no tenía sueldo, yo trabajaba": Valentina contó cuando bancaba las cuentas
Muchos aseguran que el jugador fue muy malo con la mamá de sus hijos.
Luego de confirmarse la separación entre Valentina Cervantes y Enzo Fernández, algunos detalles sobre los comienzos de su relación han salido a la luz, arrojando una mirada íntima sobre su vida en los años de esfuerzo y sacrificio, antes de la fama y la fortuna. La pareja, que inició su historia de amor en 2018, había recorrido un largo camino juntos, enfrentando los desafíos de la juventud y el trabajo duro hasta alcanzar el éxito en la vida pública.
En una reciente entrevista, Valentina recordó esos primeros años junto al ahora mediocampista de la Selección Argentina. Ambos se conocieron cuando eran adolescentes, y su relación avanzó rápidamente: en menos de un año ya convivían. "Él tenía claro que quería ser jugador, pero sinceramente creo que no se imaginó esta dimensión", compartió Valentina, refiriéndose al exitoso presente del jugador.
En aquellos tiempos, la vida no era fácil para la joven pareja. Valentina trabajaba en un call center, mientras que Enzo, que jugaba en la reserva de River Plate, aún no percibía ingresos significativos. "Cuando nació nuestra hija Olivia, vivíamos en un monoambiente en Urquiza que nos pagaba el representante de Enzo", reveló Valentina, y añadió que, con su salario modesto y la falta de ingresos de Enzo, se veían obligados a comprar ropa usada y economizar al máximo para llegar a fin de mes.
La separación de Valentina y Enzo, anunciada recientemente, ha generado gran revuelo en redes sociales, especialmente tras el mensaje de la influencer en Instagram. Valentina aclaró que la ruptura fue una decisión mutua y que, a pesar de la distancia, mantendrán una relación familiar armoniosa por el bienestar de sus hijos. "No quieran crear guerras donde no las hay", señaló, enfatizando que ambos continuarán apoyándose como padres.
Hasta el momento, Enzo Fernández no ha hecho declaraciones sobre el tema, pero el mensaje de Valentina ofrece una imagen de respeto y agradecimiento, recordando los años en que ambos compartieron una vida de humildad y crecimiento personal.
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