Muy profundo

Gran Hermano le salvó la vida: Furia habló de su familia y la leucemia

El derrumbe económico del clan Scaglione, su ingreso al certamen de Telefe y el diagnóstico de cáncer en la sangre

QPJ Zapping

Furia, de Gran hermano, se confiesa: sus dolores, su infancia, el derrumbe económico de su familia, su enfermedad, su juego y sus ganas de conocer a Javier Milei.

Considerada por muchos como la mejor jugadora del reality, quedó eliminada pero ella se siente ganadora. Recuerda cuando su madre tuvo que salir a vender sandwiches de milanesa para salir adelante. Habla de sus padres, de su apodo, de sus fortalezas y debilidades. Charla íntima con una participante diferente, que creía que sus "furiosos" eran 10 personas: y su fandom tiene miles de seguidores.

Juliana Scaglione, la doble de riesgo y entrenadora que revolucionó la casa. El lado B de Furia. Está afuera, pero no se siente perdedora. Imposible que lo sintiera, porque en el otro "afuera", el del canal, hay gente de todas las edades con remeras que llevan su nombre, con muñecos para regalarle, mujeres con pelo fucsia, banderas con su rostro estampado. Parece la vereda de Furia. Nada de esto, con esta intensidad, ocurrió con alguno de los participantes de esta temporada de Gran hermano. Los fans de Juliana Scaglione hacen vigilia en la puerta de Telefe.

Hace una semana que salió de la casa y ella sigue sorprendida. "Pensar que tuve cumpleaños de chica a los que no iba nadie y ahora me entero que los 33 me lo celebraron en el Obelisco. Muy loco todo y ahora me entrevistan de Clarín, no entiendo nada", confiesa en la intimidad de un camarín prestado, sin vértigo y con algunas lágrimas que no logra controlar. Lo bien que hace.

"No imaginaba ni la mitad de toda esa locura. Ni un cuarto. Yo sabía que entrar a Gran hermano me podía cambiar la vida, pero no dimensionaba cuánto. Por eso siento que gané y eso no me lo quita nadie", asume con los anteojos oscuros sobre la cabeza rapada, teñida de dorado. Sólo los bajará cuando el llanto por los recuerdos o la gratitud le mojen los ojos celestes.

-¿No te gusta que te vean llorar?

-No es lo que más me gusta, pero me la banco. Lo que pasa es que soy muy sensible, aunque algunos crean que soy una mina fría a la que no le pasa nada. ¿Hola, qué tal, querés que te cuente? A mí me pasó de todo, pero no me victimizo, yo tiro para adelante, siempre. Y si me caigo, saco fuerza de algún lugar y doy pelea en la que sea. Esa actitud la heredé de mi vieja.

El mano a mano con Clarín, a una semana de haber quedado eliminada por el voto del público, permite conocer el otro lado de Furia, su pasado, sus dolores, su infancia, sus bailes frente al espejo, la historia de su apodo.

Si bien salió del juego en el duelo telefónico con Martín, el Chino, para muchos ella es la mejor jugadora de GH de todos los tiempos. Incluidos dos emblemas del reality de Telefe como Gastón Trezeguet y Cristian U. Porque ser un gran estratega no garantiza el triunfo en este formato holandés: finalmente decide el voto pago de la gente. Y ella jugó la definición contra "el resto del mundo" (la unión de los fandom de los participantes que ella fue sacando de la casa).

Dueña de un buen lenguaje, y apoyada por una gestualidad histriónica, asume tener "la capacidad de entender que GH es un show, y siento que algunos no lo entendieron. Sé separar lo que es la persona del juego, pero ya estando afuera".

-La de adentro eras vos, ¿o no?

-En parte fue un personaje y en otros momentos, con el aislamiento y el encierro, el personaje se satura. Entonces está cansado, extraña, le pasan cosas, sufre, se puede enamorar, puede hacer amistades dentro del juego. Lo cierto es que hubo cosas muy reales dentro de mi personaje. Ponele un 50 y un 50. Era la Juli de siempre que ahí adentro fue otra Juli, sabiendo que había que generar contenido, hacer reír, hacer llorar, hacer. Ahora que estoy afuera y veo eso de a pedacitos, tipo por capítulos, siento que es como una serie.

-¿Y vos serías la protagonista?

-Acabo de salir y de a poco me estoy enterando de que fui una gran protagonista. Una protagonista del lado de la acción. Pensá que yo tenía pocas armas para jugar porque no ganaba pruebas de líder. Entonces hacía la (nominación) espontánea, la fulminante, atendía el teléfono rojo (con premios o castigos). Yo levantaba mucha energía ahí adentro. Soy una gran motivadora.

"Pensar que tuve cumpleaños de chica a los que no iba nadie y ahora me entero que los 33 me lo celebraron en el Obelisco.

-Varios de tus compañeros te acusan de agresiva, de figurita difícil para la convivencia. ¿Te arrepentís de algo?

-No me arrepiento de nada. Mostré todas mis caras, fui lo más genuina posible. Veo videítos de lo que pasó y a veces digo "wow, wow, wow".

-¿Eso sería como un elogio?

-Un elogio y también un 'Ché, pará, te fuiste un cachito al pasto'. Pero volvía enseguida. En nuestras casas todos mostramos nuestro lado verdadero, solo que no hay cámaras. Las personas con las que convivimos nos conocen realmente como somos. Y ahí mostré mi personalidad y también mi personaje. Juli es una gran showoman. Y adentro el único polícía es Gran hermano y es quien dice hasta dónde se puede jugar, es quien pone las reglas.

-¿Cómo definís tu juego?

-Jugué psicológicamente con el adversario y lo entendí después del primer mes y medio, que fue cuando me quedé sola, sin mi grupo de referencia (La Chula, Agostina y Catalina). Y dije: ‘¿Cómo hago?'. Soy muy analítica y puse todo lo que sé al servicio de mi estrategia: soy profe de Educación Física, soy entrenadora y al entrenar te convertís un poco en la contención del que va a pedirte que lo ayudes en ésa, afilás el oído. Esa casa la sentí, la honré, la amo. Me pagaron una estadía, digamos, en un lugar soñado.

"Tengo tendencia a que me manipulen"

Entre mates y el repaso de los casi siete meses encerrada en el reality, aclara que "adentro había de todo: gente manipuladora, gente muy buena, gente que necesitaba de alguien, gente ambiciosa. Yo quise mostrar que cuando hay tantos leones dentro del hogar una también se puede parar como uno. Porque en la que vos te agachaste, te comen. No significa estar todo el tiempo en guardia. Ni ser violento. Para mí violencia hubiera sido llegar a las manos y pegar. Y eso no pasó".

"Tuve muchos momentos de discusiones muy fuertes", reconoce.

Y pide aclarar dos cosas: "Hay personas a las que no voy a nombrar, pero todos sabrán a quién o quiénes me refiero. Y, en cuanto a lo violento, hay mucho narcisista que genera violencia internamente, no físicamente. Yo tengo tendencia a que me manipulen, tengo tendencia a ser tan empática que, si viene un tipo narcisista y me llora, se me cae la cara y lo quiero ayudar. Y cuando esa persona ya me conoce, ve mi brillo e intenta destruirme termina sacándome toda mi energía y ahí veo que me deja semivacía y se eleva. Eso también es un tipo de violencia.

-¿Y qué se hace?

-Debería alejarme, pero en Gran hermano no se puede, no se puede bloquear. Estás obligado a convivir y a resistir. Es parte del juego.

-Te hemos visto en ese estado un par de veces, pero también gritando.

-Sí, obvio, lo reconozco. Tuve muchos momentos de discusiones muy fuertes. Pero las discusiones, sabemos, son de a dos. No es intercambio de palabras, es un grito, no lo niego. Cuando te saturás, GH te sanciona (ella quedó en placa en continuado como castigo por una pelea). Fui avisada varias veces y fui sancionada. Y fui notando cómo algunos de golpe empezaban a alejarse de mí. Yo no estaba viendo el detrás de escena, de las críticas que me hacían por atrás. Yo exteriorizo y lo digo en la cara.

Postales de la infancia

"Me fascinaba pararme frente al espejo y me ponía a bailar con las canciones de Bandana, amaba a esa banda. Me acuerdo que mi vieja me regaló un CD y con Coy (su hermana, su sostén del juego del otro lado de la puerta) bailábamos todo el día. Mi mamá nos empujaba a actuar en el colegio, nos motivaba mucho", cuenta una de los cinco hermanos Scaglione. Y dice de Coy: "Es mi mano derecha, me aguantó, me dio, se merece el mundo".

Hija de Lucía y Antonio, comparte que "mamá era ama de casa y papá trabajaba en una empresa de autos. Cuando cierra y se muda a Brasil, mi viejo cobra una indemnización, hace un pequeño departamento donde vive otra hermana y mi mamá se pone a vender sandwiches de milanesa. Yo empecé a ver otra cara de mi familia. La de reinventarse, la de pelearla desde abajo. Mi vieja le vendía al del kiosco de mi escuela".

Los ojos celestes se cierran otra vez, caen los anteojos negros. Se impone una pausa. Quiere seguir: "Vi la actitud de mi vieja... ella vestía trajecito un día y al otro estaba armando los sandwiches para vender, para mantenernos. Vi todas las etapas, la de mi viejo sin laburo, la crisis del 2001, los esfuerzos, vi cómo se caía todo".

-Y viste la dignidad de tu mamá, por lo que estás contando...

-Todos se reían de mi mamá cuando tuvo que salir a bancar la parada, muy injusto. Te hablo de algunos de sus familiares y de varias de sus amigas. Pero ella iba para adelante para sacar el barco a flote.

La nena que fue "jugaba a todo. Tenía Barbies, roller, pelota... a veces me llevaban a pescar. Me gustaba pasar mucho tiempo con mi viejo, mamé mucho de su lado masculino. Y tengo mucho de lo femenino de mamá".

-Hija de un señor de la industria automotriz, ¿resultaste chica fierrera?

-Mi papá no quería mucho que yo manejara, esas cosas las aprendí más de mi otro papá, ponele. Te hablo de Dany, mi primer suegro, el que me compró mi primera moto. Lucas, ‘El gordo', al que nombré mucho en la casa, me enseñó a andar en moto. Lucas es uno de mis ex. Tuve novios y novias. A Dany le debo mucho, gratitud eterna.

-Cuando te preguntaban qué querías ser de grande, ¿qué contestabas?

-No tengo respuestas. Me acuerdo que decía ‘El trabajo que venga será genial'. Yo me formé como entrenadora, me gusta mucho la moda, por eso me especialicé en Visual Merchandising.

-¿Que sería?

-Es el oficio del que se dedica a elevar una venta visualmente. Un vidrierista comercial: me das esto, yo lo pongo perfecto para que el cliente lo quiera. Lo pongo bonito. Eso lo estudié en Espacio Buenos Aires y también cursé en la Universidad de Palermo.

La disciplina propia y la envidia ajena

Furia, recién salida, fue a saludar a Cata a la tribuna. fueron amigas, ya no. Tensión en el estudio.

-¿Cómo sos trabajando?

-Muy estructurada, muy disciplinada y eso lo pulí en los entrenamientos. Los que entrenan conmigo se fascinan con esa parte mía. Después está el que me envidia.

-Repetiste mucho esa palabra en la casa...

-Es que de la envidia ajena nace mi fuerza. Por eso llené a todos de cintitas rojas. Y mirá lo que me regala la gente... Todo lo bueno vuelve. Me dieron esta medallita de San Benito, rosarios, este colgante con la foto de Otto (su gato) y Maya, que es la que lo cuidó todo el tiempo. Pensé que se me iba a deprimir. Pero está hermoso y feliz de que haya vuelto.

Después de unos días de transición en un hotel -un protocolo del programa más visto de la TV actual-, acaba de volver al departamento que alquila y cuyo contrato, en breve, tiene que renovar.

Cuenta que está en proceso la sucesión tras la muerte de su mamá en 2019 y de su papá en 2022. Habla de sus dolores y sentencia: "A mí me salvó entrenar. Pero en la casa me caí un poco, me dejé enamorar y luego me destruyeron. Fue horrible". Seguramente hablará de Mauro, a quien no quiere nombrar, con quien mantuvo un romance en el encierro.

-¿De dónde salió tu apodo?

-Me lo pusieron cuando empecé a dar clases de Body Combat (un programa de entrenamiento grupal), que es un producto ya armado, como el tae bo (rutinas combinadas de karate y boxeo). Me interesó, lo empecé a estudiar, generé algo muy copado con micrófono y replicaba todo lo que venía ya del formato, coreografías ya diseñadas por alguien. Yo era una gran showoman. Me veían como un personaje de combate, y ahí comenzaron a decirme Furia, medio como un juego. Y después eso se consolidó cuando me metí a competir en cosas de fuerza. Era como mi nombre deportivo.

-Cuando mirabas a cámara y le hablabas a los "furiosos", ¿qué imaginabas que había del otro lado?

-Imaginaba unas diez personas, ponele.

-¿Gente grande, mujeres, hombres, niños?

-Un poco de todo, pero a medida que entraba gente sospechaba que entre el público había muchos niños también, mucho adolescente. Porque las que ingresaban estaban vestidas como más teen y las primeras de la casa éramos más de tanga. Pensé: ‘Debe haber pibes del otro lado'.

Admiradora de grandes jugadores de otras temporada, entiende que "Alfa tendría que haber ganado el año pasado. O Nacho (salió segundo), que se supo mover bien en la casa, como hace Emma ahora".

-Es que este formato deja en claro que podés ser el mejor y no necesariamente el ganador.

-Sí, pero sé que gané Gran hermano y no lo digo de egocéntrica. Ahora que salí me di cuenta de que me gané el amor de la gente, me gané cosas que nunca tuve. En un momento de mi vida me sentí muy sola y en estos días estoy recibiendo todo el amor que me faltó. Yo sé que soy muy amorosa, aunque no todos lo vean. Pocos pueden saber lo que es sentirse azotada por la vida, que usurpen tu casa... Me pasaron muchas cosas, no tenía un lugar donde vivir, tuve quilombos en la familia con la sucesión. La codicia me irrita. Se hizo una campaña en mi contra, pero igual gané.

-¿Volverías a entrar?

-Obvio

-¿Y para qué dijiste, apenas saliste, "me autoeliminé"?

-Para darles el gusto a los giles. Yo amo esa casa. Yo fui parte de eso y estoy anonadada. Rogaba que se extendiera el juego.

-Si entraran todos de nuevo y todos tuvieran chance, ¿quién querrías que ganara, vos incluida?

-No puedo contestar eso, perdón. Yo siento que gané Gran hermano, le pese a quien le pese.

Afuera la esperan los fans, adelante la espera una pila de propuestas. Pero tiene el foco en su salud: "Ahora me tengo que hacer un control, estoy ocupándome de mí. Con una vida sana voy a lograr grandes objetivos en relación a mi diagnóstico (se lo dieron en medio del reality).

-¿No lo nombrás?

-Sí, tengo leucemia, es cáncer en la sangre. Lo digo con todas las letras: es una mierda. Y le voy a dar pelea.

Se puede inferir que Gran Hermano a Furia, le salvó la vida, se la modificó de una manera rotunda.

Fuente: Clarín

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