Jesica Cirio no fue al humilde casamiento de su papá: "Había sanguchitos de miga"
Horacio Cirio hizo una fiesta con lo que pudo pero su hija decidió no aparecer.
En un emotivo acto, Horacio Cirio, reconocido como el padre de la destacada modelo y conductora Jesica Cirio, y Marcela Lugones, su compañera durante los últimos 15 años, sellaron su compromiso matrimonial este martes en una ceremonia civil llevada a cabo en el registro civil de Ranelagh, ubicado en el partido de Berazategui.
El evento transcurrió de manera sencilla y rápida, con la presencia de un reducido grupo de familiares y amigos, aunque notablemente ausente Jesica Cirio. La novia lució un elegante vestido blanco acompañado por un pequeño ramo de rosas blancas y azules, en perfecta armonía con sus zapatos de tono azul klein, mientras que el novio optó por un atuendo informal, vistiendo jeans y una chomba.
A pesar de las dificultades económicas que enfrentan, Horacio Cirio expresó su firme determinación de ofrecer una celebración "a lo grande" para los 30 invitados que habían sido convocados para la posterior fiesta.
El evento, meticulosamente planificado durante semanas, tuvo como objetivo principal asegurar el bienestar y la protección de Marcela Lugones, especialmente en lo referente a la seguridad económica y una pensión para el futuro.
Sin embargo, a último momento, una desafortunada noticia puso en peligro la realización del festejo. La quinta que habían reservado para la celebración canceló su disponibilidad, dejando a la pareja en una situación incierta. Ante este revés, Horacio Cirio se vio obligado a buscar una alternativa de emergencia.
Afortunadamente, la situación se resolvió y la celebración pudo llevarse a cabo según lo planeado, permitiendo que Horacio Cirio y Marcela Lugones compartieran este día tan especial con sus seres queridos.
El menú, en un gesto generoso y festivo, según los invitados "había empanadas, patas de pollo, pernil de cerdo y sándwiches de miga", deleitando los paladares de los presentes y añadiendo un toque de sabor y alegría a la celebración matrimonial.
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