Murió uno de los humoristas más queridos de Argentina
La noticia fue confirmada por su agente de prensa. Sufrió una descompensación cuando viajaba por la ruta 5.
Este viernes por la tarde murió el humorista Ricardo Daniel Peters, mejor conocido como "El Gato". El comediante de 68 años sufrió una descompensación cuando viajaba por la ruta 5, a la altura de Francisco Madero, para presentarse a dar un show en San Antonio de Areco.
El hombre fue trasladado a un hospital de Pehuajó, pero pese a los esfuerzos médicos, no lograron reanimarlo. La noticia de su muerte fue confirmada por su agente de prensa.
"El Gato" estaba realizando una gira que inició a principios de este año en la ciudad de Mar del Plata, con la que se proponía presentarse en 140 pueblos en menos de doce meses.
La última entrevista con TN
En 2020, TN habló con "El Gato" Peters, quien por ese entonces estaba presentando su espectáculo Cuentero. "Cuentero tiene que ver con el arte de narrar, con el oficio de contar algo que pudo haber sido cierto o no, que puede estar exagerado. Tiene que ver con una época en que la gente contaba historia con más imaginación que conocimiento, cuando los relatos iban de boca en boca y tenían cierta licencia, se tenía permitido exagerar a efectos de hacer las historias más ingeniosas y atrayentes para cautivar al que escucha", contó.
Consultado sobre si costaba aggiornar el humor a los tiempos actuales, Ricardo señaló: "Uno va cambiando las formas de comunicar inconscientemente, en los últimos años han cambiado los valores en pos de la igualdad y me parece macanudo. Pero al humor no hay que tomarlo muy en serio, es apenas una caricatura. Hay que tener el espacio para poder hacer un chiste de pelados sin que la asociación de pelados involuntarios haga un juicio, sino nos ponemos más papistas que el papá y vamos a terminar enjuiciando a Fontanarrosa por dibujar a petisos narigones. Esto es humor, una caricatura que se permite licencias, pero no se puede caer en el mal gusto, ni ser ofensivo. Cuando se hace sin la intención de ofender a nadie se nota".
El humor parece como un relleno en las carteleras, como un soporte. Pero su función parece la misma que tenía en la corte de los reyes, donde el bufón entretenía al soberano. No con una doble intención, sino para hacer más llevadera esta pesada carga que es la vida. Hay tantas cosas duras que meterse un rato a un teatro a ver una comedia significa desentumecerse un poco y estar menos crispado", cerró.
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