Drástica decisión de Paula Bernini, la periodista más querida
Periodísticamente "se puso al hombro" el caso de Loan y se metió en el corazón de todos los argentinos
Cuál fue el trágico episodio que marcó la vida de la periodista Paula Bernini para siempre y por qué decidió no ser madre.
La periodista de TN, que creció en popularidad con el caso Loan, habló con revista GENTE. El barrio que nunca pudo dejar, su familia y el momento bisagra que impactó en su presente sentimental.
Luego de más de 60 días viajando por trabajo, Paula Bernini volvió a su casa y le brindó una entrevista a Revista GENTE, animándose a contar su historia de vida y mostrando cómo es más allá de lo que se ve en las cámaras de TN y sus viajes a distintos puntos de país cubriendo importantes casos policiales.
A sus 46 años, geminiana, se define como una persona nostálgica pero que siempre vive el presente, el día a día, y que es sumamente inquieta.
Su trabajo es su pasión y por eso le dedica muchísimo tiempo a la semana y no duda a la hora de embarcarse en proyectos a tiempo completo. Así como ahora es "la periodista del caso Loan", con un extenso viaje a la provincia de Corrientes, hace apenas tres años hizo una cobertura similar en torno al crimen de los rugbiers y el asesinato de Fernando Báez Sosa.
"Nostálgica e inquieta", así se define Paula Bernini. Pero su historia de vida la ubica rápidamente en un punto de la provincia de Buenos Aires, Ramos Mejía, donde fue su crianza y actualmente está su departamento, ubicado a 10 cuadras de la casa de sus padres, quienes junto a sus hermanos y sobrinos son su cita innegociable de cada fin de semana.
-¿Cómo fue tu crianza? ¿A qué se dedican tus padres?
-Mi mamá, Ana, y mi papá, Hugo, son dos laburantes. Ella es docente, le falta un año para jubilarse. Antes estudiaba arquitectura en la UBA pero cuando nacimos mi hermanos y yo, se le hizo muy difícil. Hasta que mi hermano menor, Pablo, no tuvo 15 años, ella no volvió a trabajar. Siempre tuvimos un pasar económico bastante apretado. Ellos nos estuvieron muy jóvenes a mí, que soy la mayor y a mi hermana, Natalia.
-¿Y tu papá?
-Y él siempre fue autónomo, un luchador. De tener una idea y llevarla a cabo como sea. Así fue que un día dijo ‘voy a vender ensaladas de frutas', y tuvimos una época en la que todos pelábamos frutas, todos sabíamos cortar un kiwi, una frutilla, una naranja, una manzana, y empezó de a poquito a hacer un recorrido. Me acuerdo que mi hermana y yo íbamos con él en moto a repartir las ensaladas de fruta. Hoy tiene una fábrica, todo muy a pulmón. Trabaja con mi hermano y con dos empleados más y tienen sus recorridos, pero por supuesto con el altibajo de vender mucho en verano y poco en invierno.
Bernini en la redacción de revista GENTE, antes de comenzar la entrevista. -¿Tenés como ese sentido de pertenencia así con Ramos Mejía?
-Sí, totalmente. Yo fui al colegio Padre Elizalde a la secundaria, que es pleno corazón de Ciudadela y a la Escuela N° 4 en la primaria que es en medio Ramos Mejía. Así que todo lo que es la Zona Oeste es mi círculo de pertenencia. De hecho, me siento cómoda en Ramos. Es mi lugar. Tengo a mis amigas muy cerca. En la primaria iba a un club, que es el Club Bomberitos, y ahora ya más de grande, voy a dos clubes del barrio según la época del año. En verano voy a Nolting, que tiene una gran pileta, así que voy porque ahí me encuentro con mis amigas de la secundaria, y en el invierno voy a Claridad que tiene pileta climatizada y es donde mi mamá va a hacer aquagym.
Así como la canción de la banda Viejas Locas que dice "Todo sigue igual de bien, siguen los amigos que quiero tener, no me puedo quejar", el paso del tiempo parece no afectar las amistades de Paula, quien forjó vínculos durante su paso por la escuela y son esas las personas con las que comparte su vida hasta el día de hoy.
Bernini tiene 46 y es oriunda de Ramos Mejía. "Nosotros en la secundaria éramos 23 y a mi cumpleaños, por ejemplo, vinieron 19 de esos. Siento que tengo un vínculo muy cercano con todos mis amigos de la secundaria. Con los de la primaria nos volvemos a reencontrar y lo hacemos cada dos meses, pero ya no con la totalidad del grado, pero sí con unos quince", describió sobre sus amigos de toda la vida
-¿Se reencuentran cada dos meses? Super seguido.
-Tiene que ver también con Ramos Mejía, que funciona como, te diré, un pueblo, es chico, y quienes vivimos en Ramos sabemos que las compras las hacés por Avenida de Mayo y entonces te vas a cruzar y salen planes para hacer algo. Tenés esa cosa de continuidad. Ayer por ejemplo me encontré con la mamá de una amiga de la primaria. Y la verdad que verla me encantó. Tiene eso Ramos, que te da un sentido de pertenencia y que es muy difícil irse, detalla Gente.
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