"Mi mujer me acompañó a hacerme los rayos y la que murió fue ella", el dolor de famoso actor
La "quimio" fue un antes y un después, la que no resistió fue ella. La historia de este ídolo argentino:
Tristísimo relato de Osvaldo Santoro: "Mi mujer me acompañó a hacerme los rayos y después ella se murió de cáncer".
El prestigioso actor, que le dio batalla al cáncer, finalmente venció a la enfermedad pero su mujer de toda la vida, María Inés, murió víctima de lo mismo. Cómo fue la despedida. La palabra de Santoro.
Después de una intensa lucha contra el cáncer, Osvaldo Santoro (76) logró vencer la enfermedad y hoy en día retomó con sus actividades. Tras cinco años sin hacer teatro, el actor volvió a subirse a las tablas con la obra La lluvia seguirá cayendo, que se presenta los miércoles en el Beckett Teatro. "Este regreso al teatro tiene un condimento especial para mí. Es una agradable sorpresa porque cuando me enteré de que tenía un tumor en la cuerda vocal derecha, me asusté mucho. La voz es mi herramienta de trabajo y de pronto tenía que adaptarme a la nueva situación, aun previendo que quizás no pudiera seguir trabajando. Los médicos me habían adelantado que no me preocupara pero, sin embargo, fueron dos operaciones y 35 aplicaciones de rayos", confió Osvaldo a Pronto.
-¿35 aplicaciones de rayos?
-Sí. Fue duro y todo muy focalizado siempre en la cuerda vocal derecha. En el Instituto Fleming, a quienes nunca dejaré de agradecerles porque fueron fantásticos conmigo, me tranquilizaron, me cuidaron y me salvaron. Me dijeron: "La voz se te va a endurecer un poco, como la de Rod Stewart". Entonces, pensé: "Listo, me va a quedar bien".
-¿Cómo llegaste al diagnóstico? ¿Cómo te descubrieron el cáncer?
-Porque Hugo Araujo, mi foniatra, no se quedaba conforme con lo que escuchaba. Entonces, me derivó al Hospital Italiano, con una foniatra muy importante, que se llama Sandra. Me hicieron un estudio y ahí apareció un puntito que casi no se veía en una cuerda vocal. Entonces, como mi mejor amigo, Enzo, es uno de los jefes de patología del Fleming y yo siempre voy a ese lugar, me vio y ahí me dijeron: "Esto hay que operarlo". Primero verificar de qué se trata y luego operarlo.
Osvaldo Santoro -¿Y fuiste a quirófano?
-Dos veces. La segunda vez que me operaron fue para verificar que no quedara absolutamente nada. Antes de todo eso, me dieron el diagnóstico de cáncer en la cuerda vocal.
-La palabra cáncer da miedo. ¿Qué te pasó a vos?
-No quiero pecar de soberbio ni hacerme el valiente pero como era en un lugar muy específico, no sentí miedo. Solo me molestaba que se trataba de mi herramienta de trabajo. Me mostraban la foto de esa manchita blanca chiquitita que casi no se veía prácticamente y entendí que había que operarla y sacarla. Lo que les preguntaba a los médicos era sobre el futuro y ellos me respondían: "Vamos a ver cómo sigue todo". Pero jamás me aseguraron que iba a quedar perfecto. No obstante, después de las operaciones y varias aplicaciones de rayos, me dijeron: "Esto no se modifica más y esta es tu nueva voz".
-¿Te costó volver a trabajar?
-Al tiempo, filmé una miniserie con Marcos Carnevale y Martín Bossi, luego otra película en Córdoba y en Mendoza. Eso me gustaba pero sentía que me faltaba hacer teatro. No me subía a las tablas desde el 2019, cuando hice en Timbre 4 la obra Quinto round, de Pacho O´Donnell. Luego llegó la pandemia, se cortó todo y apenas terminó la pandemia me descubrieron el pequeño tumor en la cuerda vocal. Como no sabía qué me iba a pasar en el teatro, probé con hacer un monólogo de cinco minutos en el Politeama, que funcionó bien, y luego sí volví a la vida con esta obra, que tanto me gusta hacer. Se llama La lluvia seguirá cayendo.
Osvaldo Santoro en la obra La lluvia seguirá cayendo -¿Te quedó alguna secuela?
-No. Sí me quedó la cuerda vocal derecha un poquito más delgada. Pero muy poquito. Y la voz de Rod Stewart, como te comentaba, pero parece que eso de la voz medio ronca a las mujeres les parece muy seductora. Bueno, si es así me alegra.
-En 2022 falleció tu esposa, María Inés.
-Sí, el 16 de abril de 2022 y fue muy duro. Fueron 50 años de un gran amor y no es que en el medio nos separamos o qué se yo. No, no. Siempre estuvimos juntos y fueron 50 años de un acompañamiento tremendo. Cuando estuve en política, porque fui concejal del partido de Tres de Febrero, mi mujer ahí me dijo: "Yo en eso no me meto, no tengo nada que ver". Se corrió y me siguió acompañando en mi profesión pero no en la política.
Santoro y su esposa María Inés -¿Se separaron ahí?
-No, no, no. Para nada. Simplemente que en esa parte ella no participaba. En cambio, en las obras sí y las vivía conmigo. Le gustaba aconsejarme y su opinión siempre fue muy importante para mí. María Inés estuvo a mi lado en cada instante de mi vida, desde mis inicios hasta cuando me gané el Martín Fierro o cuando no teníamos un mango. Hoy, con el corazón más abierto, digo que la vida es lo más importante y uno no puede rendirse.
-¿A qué te referís, Osvaldo?
-A que podría haberme ido detrás suyo pero como sé que María Inés realmente me quiso, hoy ella querría verme feliz. Es fácil caerse al pozo, eh. Más cuando te toca despedir y soltar a un gran amor y después, encima, tener un cáncer. No resultó nada sencillo. Yo mismo me sorprendo de mi resiliencia. Al final, descubro que soy fuerte.
Osvaldo Santoro -¿De dónde sacás las fuerzas?
-Probablemente, de mi padre. Mi madre era una santiagueña más sumisa y tranquila pero mi padre, que murió a los 50 años, era sindicalista y supongo que de ahí heredé la pasión por la gestión. Fui secretario de Sagai durante 15 años y cuatro años con Rosario Lufrano como vicepresidente de Radio y Televisión Argentinas. Me gusta mucho la gestión y mi padre era así. Soy como él: no puedo parar si no tengo tres o cuatro cosas al mismo tiempo. Pero también tengo en cuenta que la edad impone sus condiciones.
-Tenés 76 años y se te ve bien.
-Sí, gracias a Dios, sí. Estoy activo, con la cabeza fresca y en ese sentido no me preocupo. Tengo que cuidarme pero tengo los recaudos necesarios. Me ocupo de mi salud.
-¿María Inés de qué falleció?
-Cáncer también. Tuvo cáncer de mama a los 37 años y a los 72 le volvió a aparecer. Fue raro pero fue así y a partir de ahí se le generó una metástasis que fue imparable. Se la fue llevando en poco tiempo. Te diría que en tres meses. Fue muy rápido y muy duro todo. Por lo general no se suele repetir eso pero qué se yo, viste la vida como es...
-Y encima vos también con la misma enfermedad.
-Sí. Cuando a mí se me declaró el cáncer, ella todavía no lo había tenido por segunda vez. Es más, María Inés me acompañó a las sesiones de rayos y alquilamos un departamento cerca del Fleming para poder ir todos los días. Me lo tenía que hacer todos los días durante 35 días, menos los domingos. Ella estuvo al tanto de todo, fue rarísimo porque me recuperé y ella se terminó yendo en poquísimo tiempo. Por eso siento que a la vida hay que vivirla. Parar un poquito la pelota y disfrutar lo más que se pueda...
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